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La creciente curiosidad por los fenómenos astronómicos, como las auroras australes observadas recientemente en el sur de Argentina y Chile, impulsa cada vez más a las personas a mirar el cielo. Así lo destaca María Fernanda Andrés, guía de astroturismo en la Fundación Amigos de la Astronomía y fundadora de Acrux Astroturismo, un emprendimiento dedicado a acercar la astronomía al público general.

En diálogo con LU12 AM680, María Fernanda explicó que los recientes fenómenos luminosos “son producto de una eyección de masa coronal del Sol que impacta sobre el campo magnético terrestre, generando la llegada de partículas excitadas a la atmósfera. Esa interacción produce las auroras boreales y australes, que en estos días se pudieron ver incluso en latitudes poco comunes”.

El cielo se tiñó de auroras rojizas en Porvenir, Tierra del Fuego.

Tormentas solares y auroras en la Patagonia

Según la guía astronómica, “el Sol tiene ciclos de actividad de aproximadamente 11 años, y actualmente estamos transitando uno de esos periodos. Por eso vemos mayor cantidad de fenómenos solares y auroras”.

Sin embargo, aclara que “estas tormentas solares siempre existieron, solo que ahora contamos con tecnología que nos permite detectarlas y medir su intensidad”.

Uno de los factores clave para disfrutar de estos espectáculos naturales es la ausencia de contaminación lumínica. “En las ciudades es casi imposible verlas. Los mejores cielos están lejos de las luces, y en la Patagonia tenemos la suerte de estar a pocos minutos de lugares con cielos limpios y oscuros”, destacó Andrés.

El desafío del clima y la pasión por enseñar

María Fernanda divide su tiempo entre las actividades del Centro Astronómico de la Fundación Amigos de la Astronomía en Trelew y su emprendimiento Acrux Astroturismo, que ofrece experiencias al aire libre principalmente durante la primavera y el verano.
“El invierno es más difícil porque las actividades se hacen a la intemperie y el frío no ayuda, pero en las estaciones cálidas tenemos una gran convocatoria. La gente se maravilla cuando entiende lo que está viendo en el cielo”, contó.

En los últimos meses, la fundación organizó exitosas observaciones, como el eclipse lunar de marzo, que atrajo a gran cantidad de público. “Pensamos que, al ser de madrugada, iba a venir poca gente, pero fue todo lo contrario. Superó nuestras expectativas”, recordó con entusiasmo.

El astroturismo es una disciplina joven en Argentina, pero con cada vez más adeptos. “Yo me formé como guía de astroturismo en el Instituto Latinoamericano de Astroturismo, en Buenos Aires. Es una carrera nueva, pero ya somos más de 50 guías en el país”, explicó.

La actividad combina ciencia, divulgación y turismo: “Ayudamos a las personas a interpretar lo que observan en el cielo. Hablamos de constelaciones, planetas, colores de las estrellas y su significado. Lo hacemos de manera didáctica, para que la gente se enamore del cielo y quiera volver a mirar”.

Entre los instrumentos más utilizados, Andrés menciona el puntero láser verde y los telescopios, aunque prefiere la observación a simple vista: “El telescopio te muestra una parte muy pequeña del cielo. En cambio, con los ojos y sin luces artificiales, el cielo patagónico se te cae encima. Es una experiencia que emociona”.

Cometa Atlas y el valor del conocimiento científico

Consultada sobre el paso del cometa Atlas, que generó interés en redes sociales, Andrés aclaró: “Es efectivamente un cometa, comprobado científicamente. No representa ningún riesgo para la Tierra. Siempre nos guiamos por información científica, sin caer en especulaciones”.

El cometa fue detectado por un telescopio ubicado en Chile y, según la especialista, “estos descubrimientos son parte del trabajo continuo de observación que permite conocer mejor nuestro sistema solar y lo que sucede más allá de él”.

Astroturismo en Argentina: una actividad en expansión

El astroturismo se expande por toda la Argentina, especialmente en regiones con cielos despejados como Córdoba, Cuyo y Patagonia. Cada vez más personas buscan experiencias que conecten naturaleza, ciencia y contemplación.

“Somos afortunados por los cielos que tenemos en la Patagonia. A solo diez minutos de nuestras casas podemos disfrutar de un cielo lleno de estrellas. Solo hay que animarse a mirar hacia arriba”, concluyó María Fernanda Andrés.

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