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Esta semana, la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA) reinició las actividades y abrió las inscripciones a ingresantes 2025.

“Hemos podido, inicialmente, sostener nuestra propuesta académica. En 2024 sumamos nuevas propuestas: un título intermedio en la carrera de Ingeniería Química, la tecnicatura en laboratorista, y por otro lado, la licenciatura en Historia. Estamos manteniendo las propuestas, junto con todas las demás carreras, pero, entendiendo que estamos nuevamente en un año lleno de incertidumbre“, manifestó la decana de la Unidad Académica Río Gallegos (UARG) Karina Franciscovic en radio LU12 AM680.

“Cíclicamente el tema de las universidades se ha discutido en el país, pero esta es una de las crisis más fuertes porque no se llega a ver hasta dónde va a llegar esta situación. Seguimos con un presupuesto prorrogado y, por otro lado las declaraciones que aparecen no vendrían a dar serenidad, por ejemplo, lo relacionado a CONICET, Ciencia y Técnica, los fondos que ya no existen para ser solicitados y fortalecer carreras e infraestructuras”, repasó.

Recordando las marchas federales universitarias que se realizaron durante 2024, consideró que “ha quedado plasmado el apoyo que han tenido las universidades, la sociedad ha visto que las instituciones son valiosas, pero eso no se ha visto reflejado en una modificación por parte del Estado nacional“.

En cuanto al impacto, Franciscovic sostuvo que “en territorios como el nuestro, si seguimos tensionando tanto a las universidades de la forma en la que se está tensionando, esto puede implicar en algo muy negativo para mediano y largo plazo. No hay que mirarlo solamente en un presupuesto finito de un año porque una política educativa impacta a generaciones futuras. Nuestra universidad, las patagónicas, inclusive las que están fuera del ejido más fuerte del país en términos de población, tenemos muchos roles”.

En este sentido, marcó que las universidades “no sólo otorgan títulos, lo cual es muy valioso porque también nutre a todas las instituciones de profesionales, y es necesario poner el foco en estos aspectos”.

“Si hay que mejorar la calidad y poner mayores recursos en actualización, las universidades tenemos que dar ese debate, pero es muy difícil si no tenemos previsión de cargos, líneas de financiamiento, gastos de funcionamiento”, comentó.

En este contexto, sostuvo, “hace que el escenario sea muy complejo y, a veces, se corra el eje de discusión a algunos lugares donde es más oneroso el gasto per cápita de una universidad en un territorio como el nuestro, lo es porque tenemos menos habitantes por km cuadrado ¿eso hace que no tenga valor? no. El impacto es la importancia de los lugares donde se necesitan profesionales. Creo que con mucha paciencia y mucho trabajo debemos orientarnos a traspasar eso, discutirlo desde este lugar y no desde ‘hay que achicar el gasto, listo'”, explicó.

“Las universidades tenemos una masa presupuestaria donde un porcentaje se destina a salarios y otro a gastos de funcionamiento, dentro de eso está la política destinada a ingresar, permanecer, terminar, y si no podemos ofrecer esas posibilidades con la crisis que hay, con la disminución del ingreso real, los niveles de pobreza a nivel país, hace que cada vez sea mas difícil estudiar, entonces se termina generando un ciclo negativo”, describió.

“Desde diferentes roles tenemos la responsabilidad de seguir buscando todas las alternativas para que nuestras instituciones permanezcan y atraviesen este momento”, afirmó y aseguró que “vamos a seguir tratando, con las falencias que tenemos, de seguir aportando a la educación universitaria convocando a quienes quieran estudiar y con el compromiso de que vamos a hacer todo lo que dependa de nosotros para que podamos seguir brindando un servicio como es la educación superior“.

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