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La salsa blanca, también conocida como salsa bechamel, es una preparación comodín, que potencia tus comidas. Desde carnes hasta pastas, todo queda más rico con un aporte cremoso y suave. La receta clásica en simples pasos.
Esta preparación es además muy fácil y económica. Lleva tres ingredientes principales: manteca, harina y leche. La sal, pimienta y, opcionalmente, nuez moscada, son los condimentos tradicionales que realzan su sabor.
La versatilidad de la salsa blanca le permite adaptarse a una amplia gama de platos. Es un acompañamiento habitual en preparaciones como las lasañas, los gratinados de verduras (espinaca, acelga o brócoli), los canelones y algunas versiones de pastas rellenas. Su textura suave y su sabor neutro la convierten en un complemento ideal para unificar ingredientes y aportar cremosidad a distintas recetas.
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Salsa blanca receta
Ingredientes
- 50 grs. de manteca
- 50 grs. de harina 0000
- 500 ml. de leche
- Nuez moscada
Cómo preparar salsa blanca
- Fundir la manteca a fuego moderado.
- Retirar del fuego y añadir la harina poco a poco. Remover hasta obtener una pasta fina.
- Incorporar la leche poco a poco, hasta alcanzar una mezcla homogénea.
- Llevar al fuego nuevamente y cocinar la salsa a fuego moderado, sin dejar de remover, hasta que empiece a hervir.
- Una vez alcanzado el punto justo, bajar el fuego, tapar y remover de vez en cuando durante un mínimo de 15 minutos.
- Cuando se adhiera al dorso del cucharón de madera, estará lista para servir. Retirar del fuego y añadir la pimienta y la nuez moscada.
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