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Como sucedió en Navidad, en Año Nuevo el uso de pirotecnia se hizo presente en Río Gallegos. Mediante Ordenanza 8.875, está prohibida en el ámbito del ejido urbano del Municipio, la tenencia, fabricación, comercialización, transporte, depósito, venta al público mayorista o minorista y uso particular de los siguientes artificios pirotécnicos de uso festivo: petardo, fósforo, batería, bengala, volcán, fuente, mortero, candela, mortero con bomba, bomba, fogueta, torta, caña voladora, giratorio y demás afines y/o similares. En tanto que por Ordenanza 8.486, se estipulan multas.
De acuerdo al artículo 170 del Código Municipal de Faltas, el mínimo para quien incumpla con la normativa es de $ 134.050, mientras que el máximo es de $ 287.250.
“En cuanto a petardos y pirotecnia, la situación fue prácticamente la misma que en Navidad”, señaló Analía Muñoz, referente de Política Animalista Independiente, a La Opinión Austral y remarcó que “el problema es que sigue ingresando pirotecnia de alto impacto, aunque no está permitida la comercialización. Algo está pasando, algo no está funcionando que se sigue vendiendo”.
En las últimas horas, más mascotas se perdieron en diferentes puntos de la capital provincial y los vecinos apelaron a la colaboración de la comunidad, a través de las redes sociales, para encontrarlas.
“Hay más animales perdidos, gente buscando sus mascotas y los chicos con trastorno del espectro autista también pasándola mal”, señaló y anheló que “el año que viene se tome conciencia sobre el efecto que produce la pirotecnia en toda la comunidad”.
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