Con la llegada de la primavera, la ciudad de Río Gallegos se prepara año a año para recibir al clásico parque de diversiones que se ubica en el predio del Atlético Boxing Club. Sin embargo, este 2022 será la excepción.
Una de las dueñas de este emprendimiento santacruceño, Natalia Casali, habló con La Opinión Austral y reveló que este año no visitarán la capital santacruceña. En redes sociales, ya habían tenido una mala repercusión, con comentarios negativos ante una posible llegada a la ciudad por un mito local que asegura que cuando arriba el parque el tiempo empeora y trae temporal de viento.
Sin embargo, la reponsable de Play Land Park aclaró los tantos. Dijo que para esta temporada “programamos la gira más para el norte de la provincia“. Además, comentó que la “mala publicidad” que le hacen los riogalleguenses ya no es tan agradable.
“Ni siquiera estamos en Río Gallegos, la gente necesita quejarse por algo se ve”, reclamó Casali. De todos modos, indicó que esto no los detiene en la actividad: “Nunca vamos a conformar a todos, hay gente que quiere que vayamos como otras que no y otras que se quejan pero nos visitan”.
Tiempo atrás, Natalia había comentado a La Opinión Austral que ella pertenece a la tercera generación del parque itinerante, que es originario de Puerto Santa Cruz y hoy es el único en la provincia.
Por otro lado, mencionó que esto también les sucede en otras localidades, quizás porque el “mito” se fue expandiendo por la provincia. “En Río Gallegos son más bravos”, expresó.
Respecto a qué les diría a aquellos que utilizan las redes sociales para quejarse de la llegada del parque, señaló: “¿Qué les puedo decir? Estamos en la Patagonia, donde lo más fuerte que corre es el viento, haya parque, circo o no, va a seguir soplando“.
El mito del parque y el viento
Año atrás, en el mes de octubre, La Opinión Austral se había contactado con Natali para conocer de dónde proviene el “mito” que cada año reflota en la comunidad riogalleguense.
En esa ocasión, había comentado que la misteriosa historia en realidad se suma a una cadena de estos mitos urbanos que recorren el país.
“Hay una leyenda que dice que un criollo, dueño de un parque, se enamoró y robó una gitana. La madre de la gitana fue a buscarla, y no pudo recuperarla ya que ella también estaba enamorada del criollo”, relató. “Entonces la madre les tiró un maleficio a todos los parques, pidiendo a los dioses que donde fuera un parque, les tocara mal clima así no podían trabajar”, contó.
Leé más notas de Andrea Fernández
Compartir esta noticia