Miradas, comentarios por lo bajo y destrato fue lo que recibió Claudio Toledo durante el fin de semana pasado, cuando, acompañado por sus amistades, salió a divertirse. En fiestas, cervecerías o pubs, la respuesta a su look fue la misma.

El maquillaje para salir fue completísimo, destacándose un trabajo de sombras rosas e iluminación, gemas de estrellitas, labios rojos furiosos y una media de red que añadió como accesorio a su gorra negra.

Las risas y las miradas burlonas que recibió no fueron sólo de parte de otras personas que habían salido como él para divertirse, sino también de personal de seguridad. En uno de los eventos le pidieron que se quitara la gorra para ingresar, mientras otros estaban usando, pero él se negó.

Este lunes, Claudio publicó una serie de stories en su cuenta de Instagram donde contó lo que había pasado y compartió una reflexión que se destaca por la riqueza para enfrentar cualquier situación adversa.

Comenzó a maquillarse hace cuatro años y así fue incursionando y formándose en estética y maquillaje, conocimientos que hoy le permiten tener su propio emprendimiento.

Está en uno encontrar las herramientas para poder sobrevivir

“Antes no me animaba a maquillarme por mis propios prejuicios. Fue progresivo para llegar al punto en como me veo hoy con un maquillaje muy femenino para un chico de 1,80, grandote, con sobrepeso, no es que paso desapercibido, y por otro lado, también por la actitud que llevo de jugar con lo masculino y femenino, el binarismo, disfruto hacerlo”, cuenta a La Opinión Austral.

Sobre el fin de semana pasado, comenta que “esta vez recibí mucho odio, mucha discriminación y no me afectó, me veo más fuerte, pero no es una situación aislada, ni nueva. Estoy acostumbrado a salir y vivir estas situaciones de odio, discriminación, insultos, violencia, a veces es física o verbal, muchas veces es más verbal porque la gente no tiene el coraje para decírtelo de frente”, señala.

Esta vez me sentía preparado, como se dice ‘con los huevos bien puestos’, y no dejé que me afectara“, marca.

Híbrido“, “esto no es una fiesta de disfraces” y “te equivocaste de baño” fueron algunos de los numerosos y maliciosos comentarios que tuvo que escuchar. También estuvo expuesto a empujones, encerronas en el baño y a que tocaran su cuerpo sin su consentimiento.

“Hace cuatro años no estaba en el mismo lugar en el que estoy hoy”, reconoce sobre cómo atraviesa los actos de discriminación y odio.

No es el lugar, es la gente

Claudio sostiene que más allá de los espacios, son las personas las responsables. “El aprendizaje, la educación, la Educación Sexual Integral y el respeto es algo que en esta sociedad, en los pueblos chicos, falta muchísimo”, repasa y señala que “no son los lugares, es la gente la que te va a señalar. A veces va a ser inevitable recibir este odio, es este señalamiento por ser diferente, por ser quien sos“.

“De a poquito se están armando lugares, la Fiesta Orgushosa es un lugar libre de odio, de acoso, donde los baños son inclusivos, son lugares que te van a recibir con los brazos abiertos por ser quien sos, sin importar tu género, identidad, son los lugares que hay que valorar”, destaca.

De lo que le ha tocado vivir, Claudio comparte un mensaje: “Si hoy estás viviendo una situación así, mi consejo es: rodeate de gente que pueda hacerte recordar quién sos, lo que valés y de que no te merecés lo que estás recibiendo. Lo más importante es vivir y ser uno mismo, no hay otra persona para ser, en esta vida sólo te queda vos, tener la valentía de ser uno mismo y eso es lo que más cuesta“.

Animarse a ser uno mismo en una ciudad como Río Gallegos, donde pasan muchas cosas terribles y se tapan, requiere mucho coraje. Mi consejo es que estén preparados porque eso va a pasar. Hay que ser muy valiente para ser uno mismo y a veces eso va a significar que la gente te va a señalar, se va a burlar y lamentablemente creo que es uno el que tiene que encontrar las herramientas para poder sobrevivir. Hay gente a la que le cuesta mucho pasar eso y la verdad es que no hay magia, mi deseo es que encuentren sus círculos de seguridad que los sostengan”.

“Y si no tenés esas personas en tu vida, no estás en el lugar donde deberías estar. Cuando publiqué esto, mucha gente me empezó a escribir y a decir que no tenía por qué aguantar esto, sé que no me lo merezco y nadie se merece ser tratado así”, sostiene y cierra “no hay que reprimirse a uno mismo para encajar en el lugar al que vayas“.

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