* Por Sandro Díaz
“Charly un poco encarnaba la idea de la rebeldía, por eso queríamos verlo, yo me enteré por la radio, por eso nos organizamos con la que era mi pareja en ese momento y compramos las entradas; tocó todos los clásicos, fue una noche muy emotiva, había como una excelente energía”, recuerda Fernando Taberne con emoción el día que pudo ver a Charly García, el mismo que hoy cumple 70 años y que esa noche, según dicen espectadores, cautivó a tres generaciones de abuelos, hijos y nietos.

FOTOS: RICARDO MANUEL MARTIN
Rubén Radisaldovich, secretario de Cultura de la provincia de Santa Cruz durante 2004, habló con La Opinión Austral sobre el espectáculo organizado por la provincia en conjunto con la producción de Daniel Randazzo, productor artístico, y realizado en el polideportivo de Boxing Club. Uno de los shows más memorables del recinto deportivo.

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“En esos días Charly estaba muy en boca de todos porque había suspendido algunos recitales, ese componente generaba mucha expectativa y adrenalina al momento de formar un show de esa magnitud”, dijo Rubén, aunque terminó sorprendiéndose por la accesibilidad del músico con las personas que querían tomarse fotos y con el personal que trabajaba.

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“Mucha gente del público pensó que no iba a salir a tocar, porque se tardó 40 minutos en iniciar, pero fue una decisión que tomamos para que toda la gente pueda entrar”, comenta Rubén y agregó que “una vez que comenzó el show, Charly empezó a tocar el teclado y daba señales con sus manos a los técnicos para que supieran que no funcionaba y con fuerza desconectó el teclado; en ese momento pensé: ‘Acá se pudrió todo’”.

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Seguidamente, continúa diciendo “no pasó nada, termino la canción, Charly agarró un banco, se va a la punta de una pasarela del escenario que llegaba al público con su guitarra y el micrófono, cantó tres o cuatro canciones de Sui Generis, un momento mágico, y desde ese momento no dejó de cantar”, afirma Rubén Radisaldovich, finalizando con que “todo duró 3 horas y 10 minutos, hizo un intervalo fue a comer algo en el camarín y luego subió de vuelta a tocar para terminar. Musicalmente, fue un show de excelencia, porque él vino con la sección de cuerdas que había usado en la sesión del MTV Unplugged del 1995, con violines y violonchelos”.

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Anécdotas
“Una de las cosas que había pedido en el escenario era un sillón, yo saqué el sillón de mi casa y lo llevé, es un sillón que conservo”, cuenta el exdirector de Cultura.
“En ese momento, 2004, el presidente era Néstor Kirchner y a cada rato nos preguntaba: ‘¿Está el pingüino?’ Nosotros no teníamos la precisión que venía en esos días, pero nos preguntaba con la intensión de verlo”, recuerda con entusiasmo Rubén.
Fin del show y sorpresa en un bar
“Cuando ellos llegaron a su hotel, Charly y los músicos pidieron un lugar para ir a comer y tomar algo, y estuvieron tocando hasta las 5 de la mañana canciones de The Beatles y Rolling Stones, la gente que estaba ahí no lo podía creer porque era una cosa extraordinaria. Era un pub que estaba por el barrio alpino, un lindo lugar, como una cabaña de madera”.
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