Hace más de un año, que Nayla Fadul, vecina de Río Gallegos, no padece dermatitis aguda. En sus 20 años, la tuvo durante 17 y sufrió momentos de crisis, que hoy, luego de descubrir su alergia al trigo, superó la enfermedad.

Ronchas, costras en la piel, enrojecimiento, fueron habituales en Nayla durante 17 años de su vida. La joven nacida en la ciudad capital, tuvo tratamientos donde “use un montón de cremas y pastillas, corticoides que me calmaban la picazón”, afirmó a La Opinión Austral.

Los mismos tratamientos, producían en ella un cambio: el corticoide la hinchaba, le hacía mal al corazón y a los huesos, pero era lo único que podía reducir la sensación de picazón en su cuerpo.

¿Que es la dermatitis atópica?

Es una enfermedad que se manifiesta en la piel. Las consecuencias de padecerla son inflamaciones en la misma, que causan picazón, irritación escamación y sequedad.

En la actualidad, seis de cada diez adultos, transitan con la dermatitis atópica. Nayla, convivió con ella durante 17 años.

Zona del abdomen con costras y enrojecimiento, provocando picazón y ardor.

La enfermedad, no solamente afecta a quien la padece en lo físico, sino que en lo mental. Bajo autoestima, depresión y bullying por temor a ser observados y apuntados. Estudios afirman que 4 de 10 personas que padecen dermatitis atópica, sienten vergüenza por su condición.

Los días de crisis

En esos días, que se repetían constantemente “miraba mi cama llena de sangre, cáscaras de la piel muerta y me bañaba”, expresó, y siguió: “Tenía todo el cuerpo seco, el agua me ardía, y al terminar me ponía crema y tomaba corticoide”.

Nayla se rascaba continuamente. No aflojaba y esto era advertido por sus familiares y amigos. “Mi hermana cuando veía que me rascaba me decía que pare, al igual que mis compañeras de la facultad”, comentó.

Su madre, padre y hermanas, sufrían con ella. La veían como se rascaba todo el tiempo, como iban apareciendo las heridas y la enfermedad se agravaba en la piel de Nayla.

“Mi vieja fue la que más se la bancó”, expresó la joven.

¿Cómo superó Nayla a la dermatitis?

Corría 2019. Su padre, que observaba constantes periodos de crisis en los cuales Nayla presentaba heridas y la situación se agravaba, le dijo que se fije en la alimentación.

Era usual que Nayla tenga dermatitis en las rodillas, cuello y antebrazos, pero en octubre de ese año, la enfermedad avanzó por la cara y las manos.

¿El calmante? hasta ese momento era el corticoide. Nayla acudió a su médico de cabecera, el Doctor Bruno Vivar: “El me recomendó una dermatóloga“, expresó Nayla.

La urticaria son ronchas rojizas que producen picazón en la piel.

Nacía un nuevo horizonte para la joven. La doctora María Eugenia País, le indicó hacerse estudios, de alimentación. “Fue ahí donde se confirmó lo que esperábamos, que era alérgica al trigo”, expresó Nayla.

Eso había agravado todo. La alergia, junto con la enfermedad, provocó en la adolescente que las heridas, y esas crisis crezcan durante años.

El 2020, un antes y después

Las crisis desaparecieron. El conocer que era alérgica al trigo provocó en ella cambios para bien. Dejó de rascarse, y hoy a más de un año de haberse enterado de su alergia, disfruta de verse en un espejo, sin esas manchas y heridas. Ahora, esas lastimaduras son cicatrices.

“Me salen ronchas pero muy pocas, generalmente cuando rindo en la universidad, todo lo que eran crisis ya las pasé y no tuve nunca más una”, comentó Nayla.

Un mensaje para concientizar a aquellas personas que no padecen dermatitis y quieren ayudar a los que sí tienen, quiso dar la joven: “Si observan alguien con alguna enfermedad, haganlá sentir segura y no diferente. La dermatitis es una enfermedad que se puede tratar y tiene solución. Los pacientes que la padecen sufren mucho en su vida pivada. Por ello, sean empáticos”. expresó Nayla.

Por último, agradeció a los profesionales que la acompañaron en esta enfermedad y a una estudiante: “Gracias a Mayte Leoz, que me ayudó con el conocimiento de la alergia del trigo y la celiaquia”.

La vida dio un giro para ella, que durante años sufrió incontablemente estas crisis, y heridas producto de la dermatitis y agravada por su alergia al trigo. El 2020, fue un antes y después.

 

 

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