“Informamos con el alma destrozada el fallecimiento de Claudia. . . No hay palabras”, anunciaron desde la cuenta de redes sociales donde promovían la campaña de donación de órganos por su caso. Su hermana Carolina la despidió con un sentido mensaje.

Claudia Argiropulos tenía 47 años y 2 hijas. Se enteró que tenía miocardiopatía dilatada en 2021, en medio de la pandemia. La enfermedad le debilitaba el musculo cardíaco y no le permitía bombear suficiente. El INCUCAI la había puesto como prioridad en la lista de espera la semana pasada. Su familia había comenzado con una campaña para concientizar sobre la donación de órganos, pero Claudia no pudo aguantar más y falleció mientras estaba internada en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Italiano de Buenos Aires.

“Hermanita: tan joven, bella, llena de vida. Tenias un corazón tan grande, que brindabas amor a toda tu gente, siempre tenías tiempo para todos. Querías siempre cumplir y estar aunque corrieras. Ese corazón biológicamente acompañaba tu forma de ser, era tan grande que no te entraba en ese cuerpito tan delgado”, la despidió su hermana Carolina.

“Dios tenía mejores planes para vos, por eso hoy disfrutas con mamá y papá. Acá quedamos pocos, pero el amor estará intacto hasta el infinito y más allá”, agregó. “Gracias por haber sido parte de mi vida, gracias por haber sido mi hermana y excelente tía”.

“Nos dejaste un gran aprendizaje, que cualquier persona puede pasar por esta situación ya que nadie esta exento a que le suceda. La luchaste como una leona. Te prometo cuidar de mis sobrinas y ser la abuela para tus nietos, si Dios me lo permite”, completó.

Por otra parte Carolina Argiropulos agradeció “a todos por el cariño demostrado en estos días” hacia su hermana y familia. “Tomemos conciencia sobre la donación de órganos. Donar órganos, es dar vida”.

En Santa Cruz hay 50 personas que esperan un trasplante de órganos. La mayoría necesita un riñón o un hígado. Otras 2 personas en la provincia esperan que haya un donante de corazón, como aguardaba Claudia Argiropulos.

Entrar en emergencia nacional

Claudia Argiropulos trabajaba desde hace 12 años en Rentas de la Municipalidad de Río Gallegos. En febrero de 2021 le detectaron un problema en el corazón y a las pocas semanas contrajo Covid-19. “Lo transitó bastante bien, tuvo pérdida de peso y tenía mucho sueño. Todos pensamos que eran secuelas del Covid hasta que volvió a hacer una consulta médica”, relató a La Opinión Austral, su hermana Carolina, que estaba junto a ella en Buenos Aires a la espera de un donante de corazón que le salvara la vida.

El sábado 11 de junio, el INCUCAI le confirmó a la familia que Claudia había entrado en “emergencia nacional” porque estaba grave y pidió que se difunda el caso para que aparezca el donante. “Los órganos no van al cielo”, repitió como un mantra Carolina desde entonces.

La descompensación en Río Gallegos

Al poco tiempo que le diagnosticaron la enfermedad en el corazón a Claudia Argiropulos la internaron en el Hospital de Río Gallegos pero debía ser trasladada a Buenos Aires. Luego de varias semanas, justo cuando sufrió una descompensación la derivaron para que al atiendan en la Clínica Bazterrica. Sin embargo, una vez más volvió a tener una recaída que le colocaron un marcapasos.

Como su cuadro no mejoraba la familia decidió trasladarla al Hospital Italiano, un centro de mayor complejidad, para esperar un donante. En la sala de espera del nosocomio se turnaban para cuidarla y recibir las novedades su hermana, Carolina, y una de sus dos hijas.

Claudia tenía 47 años y trabaja como cajera en la Municipalidad de Río Gallegos desde hace 12. Es la segunda de tres hermanos. A los 20 años tuvo a su primer hija, Melisa y dos años más tarde a Marianela, quienes la acompañaron en todo este proceso. “Mi hermana tiene muchas ganas de vivir, es necesario tomar conciencia de la donación de órganos”, había publicado Carolina en sus redes sociales.

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