Rosa Benítez es ama de casa, mamá de Mariela, Laura, Edgardo, Jonatan y Milagros e integrante de Guerreras Rosa del Viento, un grupo de mujeres sobrevivientes de cáncer de mama que se reúne para practicar el remo en bote dragón, actividad que les permite aminorar los efectos secundarios de los tratamientos.

Fue en uno de los chequeos médicos, que se realizaba cada seis meses con el fin de para controlar un quiste de agua, que le encontraron un nódulo del lado derecho. Tenía cáncer.

Así, en 2019 atravesó tres cirugías para después continuar con el tratamiento correspondiente. “Fue una lucha terrible. En 2020 empecé con las quimioterapias. Mi tratamiento fue de dos años”, contó a La Opinión Austral.

En marzo de 2021, la pandemia por Covid-19 golpeó a su familia y se llevó la vida de Mario, su esposo, quien era enfermero de UDEM.

Atravesar una enfermedad y el tratamiento era una situación compleja de por sí; sumarle el duelo fue más duro.

“Me quedé sola, es algo terrible. Fue un golpe tan grande. Siempre mis hijos me acompañaron y mi esposo, en los momentos que estuvo”, contó.

Siempre enfocada

Ella está lejos de dejarse abatir. “Me distraigo mucho, voy al gimnasio, tengo el grupo con las chicas, pinto, mi mente siempre está ocupada. Cuando siento que voy a decaer, salgo a la calle, tengo a mi perrito, así que lo saco a pasear y a caminar por la plaza. Nunca me dejo vencer, no bajo los brazos”, manifestó.

Sobre su diagnóstico, afirmó que “gracias a Dios, me sacaron todo pronto”.

Rosa tiene previsto operarse para que le quiten la otra mama. “Para no volver a sufrir esto”, señaló sobre la decisión que espera poder concretar el próximo mes. “Quiero evitar todo esto, es una cosa que nunca termina. Tenemos que seguir luchando y seguir adelante hasta donde nos toque”, marcó.

Su mensaje para aquellas personas que conozcan su historia es que se realicen los chequeos anuales. “Y si ves que el doctor te dice que hay algo, no te dejes estar. Siempre hay que hacerse los estudios, el pap hay que hacerlo todos los años. No tenés que dejarte estar porque puede ser muy tarde y el cáncer, cuando lo agarrás a tiempo, es curable. Hay formas para salir adelante, pero si llegás tarde no hay solución. No se dejen estar, háganse los chequeos cada año, eso es muy importante”.

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