Como sucede año a año, entre 20 y 30 mil trabajadores golondrina viajarán desde el norte del país para ingresar entre noviembre y diciembre al Alto Valle de las provincias de Río Negro y Neuquén para sumarse a la cosecha frutícola de peras y manzanas.

 

Naturalmente, la ola de migrantes generó inquietud entre los pobladores por la pandemia de coronavirus. Sin embargo, los gobiernos de ambas provincias preparan un protocolo para permitir el ingreso y evitar que se propaguen nuevos contagios.

 

Durante estas primeras semanas de noviembre, los colectivos con cosechadores comenzarán a arribar y el temor se centra en las reuniones sociales entre los visitantes, el distanciamiento en las gamelas y garantizar que haya dos personas por cada vivienda para evitar hacinamientos.

 

En la provincia de Neuquén, entre enero y febrero llegarán 3000 cosechadores de pera y manzana. En la vecina provincia de Río Negro la situación es más compleja porque la cantidad de golondrinas es notoriamente mayor. Se trata de que los productores frutícolas y las empresas cumplan con una serie de requisitos y condiciones documentales, de asistencia, control y responsabilidad y el estado provincial autorizar y verificar las condiciones de accesibilidad”, expresó el director de Producción Agraria y Sanidad Vegetal Pablo Moratti a LM Neuquén.

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