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Por Jorge Cicuttin
El Gobierno asegura que viene bajando la pobreza.
Durante el primer trimestre de 2025, según el Ministerio de Capital Humano, la pobreza en la Argentina se ubicó en el 31,7%. Así, sería una caída de 23,1 puntos porcentuales respecto al mismo período del año pasado, tras el impacto de la devaluación de diciembre de 2023, y de 6,4 puntos contra el cierre del año pasado. También asegura la cartera dirigida por Sandra Pettovello, la indigencia bajó más de 10 puntos contra el año pasado.
Milei asegura que esto se debe a la baja de la inflación. Según el INDEC, una familia tipo de cuatro integrantes (dos adultos y dos hijos) necesitó $ 1.128.398 en junio para no ser considerada pobre.
En la Ciudad de Buenos Aires, una familia debe ganar entre $ 1.889.557 y $ 6.046.584 para ser considerada de clase media, siempre según las cifras oficiales.
La diferencia que se plantea en primer lugar es la de ser pobre o de clase media. Pero qué ocurre en el medio. El gobierno de Javier Milei potenció una franja que podríamos llamar “clase media frágil” o “clase media empobrecida”, que viene creciendo pese a la baja inflacionaria de la mano de la baja de los ingresos familiares, de sueldos bajísimos y de empleos que se pierden, además de una reactivación productiva y de consumo que no llega.
¿Con 1.900.000 pesos una familia es de clase media? De ninguna manera.
El alquiler de un departamento de tres ambientes en CABA está alrededor de 700.000 pesos; a eso hay que sumarle las expensas; los servicios que aumentaron un 600% en lo que va del gobierno libertario; la salud cada vez más cara, y automóviles imposibles de mantener, entre otros gastos de la clase media tradicional que, de concretarse, debe llevar ese ingreso al doble.
Quizá para los datos oficiales esa familia no se considera pobre, pero sin duda es una familia empobrecida. Que tiene que cambiar a los chicos de escuela privada, pelear por mantener la prepaga, dejar de arreglar el auto, evitar las salidas y comprar vestimenta en los lugares más baratos que encuentre.
Esta semana que pasó surgió un informe que muestra este deterioro. Este empobrecimiento. Lo muestra de una manera cruel, pero sirve de ejemplo.
Un trabajo del Observatorio de la Deuda Social de la UCA advierte que creció el número de chicos mal alimentados en sectores de clase media, en familias que hacen ajustes para sostener la prepaga y la cuota del colegio,
Claro que casi la cuarta parte de niños, niñas y adolescentes que viven en hogares de clase media baja tuvieron algún tipo de privación alimentaria durante 2024, y entre las familias de clase media, el fenómeno es más acotado pero duplicó las cifras del año anterior.
Según el trabajo, a lo largo de 2024, la alimentación fue una variable de ajuste en los hogares de unos 4,3 millones de niños, niñas y adolescentes, donde por falta de recursos hubo que reducir las raciones, reemplazar alimentos saludables por otros con menos nutrientes o llegar al extremo de saltearse comidas y sentir hambre. Es decir, la inseguridad alimentaria en la Argentina alcanzó al 35,5% de los chicos y chicas de hasta 17 años.
Lo llamativo es que la situación económica llevó a que también los hogares de clase media tuvieran que resignar productos, achicar porciones o, directamente, pasar por alto algunas comidas. Esto, de acuerdo con la UCA, afectó a más del 23% de los chicos y chicas que viven en estos hogares de una clase media empobrecida.
Este fin de semana la mirada en la política estuvo puesta en el cierre de listas en la provincia de Buenos Aires para los comicios del 7 de septiembre. Peleas, arreglos, traiciones y disputas que convierten en una batalla a la vista de toda la sociedad la conformación de la propuesta de nombres para llevar a la Legislatura provincial y de las comunas. Una situación que afectó tanto al peronismo como la unión entre libertarios y el PRO.
Otra vez la política lejos de las prioridades de la gente.
Así se explica el fuerte ausentismo que se registró en las elecciones de este año.
Mientras tanto, chicos que se alimentan cada vez peor y familias empobrecidas.
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