Nacho Torres, un gobernador de 36 años que está el frente de una provincia de apenas 603.120 habitantes, logró en apenas 5 meses una centralidad singular en el debate político durante el gobierno de Javier Milei.
Apalancado por la importancia que tiene el territorio que gobierna en materia de gas y petróleo, y gracias a un juego de alianzas que le permitió moverse con referentes de distintos sectores productivos, gremiales y políticos, tiene la atención en Buenos Aires ante cada movimiento que realiza.
Y esta semana, mientras una parte de los ojos apuntaron a Axel Kicillof, por ser el gobernador antagónico a Javier Milei que busca posicionarse como candidato presidencial en medio de la interna con Máximo Kirchner, la otra se posó por el gesto del mandatario patagónico del PRO de recibir al kirchnerista en Rawson con un mensaje de empoderamiento de las provincias y un cuestionamiento implícito a la falta de federalismo del presidente libertario.
“El único mensaje político de hoy es que hay una jubilada que vive en una comuna de la meseta que tiene que hacer 200 kilómetros para dializarse una vez por semana, y que a partir de este convenio va a poder contar con una ambulancia que la lleve hasta el hospital más cercano, para recibir así una atención sanitaria de calidad”, dijo Torres durante el acto en donde trató de equilibrar, con palabras, la foto que se sacó con Kicillof.
“El Estado nacional no está cumpliendo con sus obligaciones”, fue tajante el gobernador de la provincia de Buenos Aires que entregó en comodato por 2 años 15 ambulancias para distintas localidades de Chubut. “Lo más importante de la política es ver resultados tangibles -agregó Torres-. Independientemente de los colores políticos de quienes tenemos que gobernar, somos las provincias las que nos hacemos cargo y llevamos respuestas a los 45 millones de argentinos”.
Ignacio Torres levantó el perfil en la política nacional por ser el primer gobernador que logró un fallo judicial contra el presidente Javier Milei por una medida de ajuste: la quita de fondos al transporte. Y se ganó la centralidad cuando desde Washington el presidente lo calificó como “un pobre chico que no está en condiciones de leer un contrato”, tras amenazar con cortar el envío del petróleo y gas que se produce en la Patagonia al resto del país en reclamo por la retención de fondos de coparticipación como garantía de la deuda que tiene la provincia con la Nación.
Al mismo tiempo forjó una relación interpartidaria con los gobernadores de la Patagonia para plantear al gobierno una serie de medidas que -coinciden- necesita la región para crecer y aportar combatir el déficit fiscal, de la mano de mayor producción y no de recortes.
Sin embargo, a pesar de su insoslayable filiación al PRO de Mauricio Macri, Nacho Torres se mostró escurridizo al encasillamiento partidario. Sus movimientos lo llevaron a tener diferencias públicas con Patricia Bullrich, expresidenta del partido y funcionaria nacional. Al mismo tiempo logró el apoyo del resto de los gobernadores, del PRO y del restos de los espacios políticos.
Un día antes de la foto con Kicillof, Ignacio Torres estuvo en la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires con Marc Stanley y Mauricio Macri, fundador y otra vez presidente del PRO. También estuvieron los empresarios Paolo Rocca y Eduardo Eurnekián. La foto fue leída como un apoyo del expresidente al mandatario provincial en medio de sus diferencias con Milei y el distanciamiento de Patricia Bullrich.
Pero el jueves hizo dos movimientos. Junto con Macri como presidente partidario, en el zoom donde renovaron las autoridades, Ignacio Torres fue designado en una de las vocalías del Consejo junto con otro gobernador del interior, Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, exministro del Interior de la gestión de Cambiemos.
Por la noche participó de un encuentro en el Senado de la Nación donde selló con la vicepresidenta Victoria Villarruel el apoyo de las senadoras de Chubut a la Ley Bases, pero no al paquete fiscal que tiene la reversión del impuesto a las Ganancias. La garantía de esos votos, a días de la votación en el recinto, es agua en el desierto para Javier Milei. En la reunión participaron su vicegobernador Gustavo Menna y la senadora, Edith Terenzi, ambos de filiación radical. La senadora del PRO, Andrea Cristina, confían, que esta vez votará en sintonía con el gobernador: por ahora ya anticipó que irá en contra de la reforma en Ganancias.
De esa jornada, Nacho Torres agendó dos fechas en las que la provincia de Chubut volverá a tener centralidad política. Primero un apoyo para que que la provincia patagónica sea sede del primer encuentro nacional del PRO, con Macri como titular del partido; el puntapié de cara a las elecciones de medio término que tendrán a las alianzas dentro de las provincias como protagonistas.
Y por otro lado, el gobernador se llevó la promesa de una visita oficial de la Victoria Villarruel en junio a Chubut, particularmente a Río Mayo. “Chubut es mi provincia en el mundo”, dijo el año pasado Villarruel en una entrevista en donde reveló que vivió en esa localidad del sudoeste de la provincia durante su infancia, más o menos cuando tenía unos 12 años.
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