A casi tres semanas de las PASO se entró en la cuenta regresiva para el oficialismo y la oposición. Menos de veinte días de campaña en la búsqueda del voto en unas elecciones raras e históricas, por una pandemia que trastocó todos los planes.

Un dato a tener en cuenta y nada menor. La experiencia internacional da cuenta de que en los más diversos países que tuvieron comicios durante la pandemia le fue mal a los oficialismos. Desde Angela Merkel hasta Donald Trump y desde Sebastián Piñera hasta Jair Bolsonaro, quien de cara a las elecciones del 2022 pierde por paliza con el recién liberado Lula.

De por sí este no es un buen panorama para el Frente de Todos. En la pandemia, todos los opositores aseguran que hubieran hecho las cosas mejor. Algo contrafáctico, imposible de determinar con certeza.

Otras dos preguntas son imposibles de responder, y sólo se puede argumentar de acuerdo a la posición ideológica de cada uno: ¿Cómo hubiera sido el gobierno de Alberto Fernández sin la pandemia? ¿Con un gobierno de Macri se hubiera manejado mejor o peor esta situación?

Encontraremos respuestas para todos los gustos.

En este marco se desarrollarán las tres semanas que faltan para las PASO. Días en los que, más allá de los candidatos que encabezan las diferentes listas, las miradas estarán puestas en lo que hagan dos dirigentes de gran peso político que no figuran en ninguna de las boletas. Ellos son la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ex presidente Mauricio Macri.

La participación de Cristina en los últimos actos oficiales, ya sean de campaña o de gestión, volvió a posicionar al sello del Frente de Todos como marca de competición electoral por sobre los candidatos. Cristina asumió un protagonismo necesario en medio de cierto desconcierto tras la aparición de las imágenes de la fiesta de cumpleaños en la Quinta de Olivos.

“Alberto: no te pongas nervioso, poné orden donde tengas que poner y dale para adelante”, le dijo en público Cristina al Presidente. Un consejo con el que el primer mandatario coincide. En la reunión del gabinete de ministros del último viernes, el Presidente les “bajó línea” a todos los funcionarios. Hagan, muestren y defiendan públicamente la gestión. Para resumir.

El protagonismo de Cristina llega para poner en orden la campaña, enriquecer la agenda de debate electoral y separar lo importante de lo circunstancial y sobrevolar las chicanas políticas y mediáticas.

Alberto y Cristina se han puesto al hombro la campaña. Para discutir un modelo más allá de los candidatos de turno. En sus apariciones, la vicepresidenta invita a ver la política más allá de la pandemia y de errores personales. Porque como le dijo al Presidente, hay que afrontar los errores, poner orden y pensar en lo que hay que hacer en los dos próximos años de gestión.

En la otra vereda entró en juego otro candidato que no aparece en la boleta: Mauricio Macri. El ex presidente volvió de sus vacaciones –alargadas por las restricciones a los vuelos de ingreso al país-, y dejó en claro que no se piensa jubilar anticipadamente.

Macri va a ser un protagonista en la campaña del Pro, pero acepta algunas condiciones que quedaron en claro en el almuerzo que mantuvo con Horacio Rodríguez Larreta, la voz fuerte que hoy tiene la oposición.

Desde sus socios radicales, el titular de la UCR, Alfredo Cornejo, ya le marcó la cancha advirtiendo que su presencia iba a ser funcional al oficialismo. Macri no lo cree así, de ninguna manera se ve un “piantavotos”, pero acepta el “corralito” que le impone la propia realidad y las encuestas que le han mostrado.

Macri acompañará a los candidatos de Juntos por el Cambio con algunas condiciones. Un ejemplo es lo que ocurrió con la actividad consensuada junto a María Eugenia Vidal en territorio porteño. La candidata logró que el encuentro, en el que se habló principalmente de educación, fuera acotado y sin prensa.

El “corralito” implica no presentarse en el Conurbano bonaerense, donde tiene muy mala imagen. Sí hará presentaciones donde mejor mide, por ejemplo Córdoba, el interior bonaerense y Santa Fe, además de la Ciudad de Buenos Aires, por supuesto. En estos lugares suponen en el comité de campaña que la imagen “dura” de Macri puede evitar el traspaso de votos propios a Facundo Manes y López Murphy, por ejemplo.

Cristina y Macri no aparecen en las boletas, pero tendrán un protagonismo fuerte en los días que restan para las elecciones. Sin duda.

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