Es verdad que hay que celebrar los años de una democracia conseguida luego de resistir la más feroz dictadura cívico militareclesiástica. Aunque en el (F)ondo haya poco que festejar.

Sobre todo porque en la misma mañana del acto, la Policía Bonaerense, conducida por Sergio Berni, mató a otro pibe. Y también hay muy poco que festejar porque ese modelo de valorización financiera y nacionalización de la deuda privada modelos de expoliación si los hay inaugurado durante la última Dictadura, sigue vigente a través del FMI.

El problema es el Fondo. El Fondo Monetario Internacional ha vivido condicionando a la democracia argentina. No es de ahora, recuerdo cuando el presidente Alfonsín asumió la presidencia un 10 de diciembre, recibió un país que había quintuplicado su deuda externa, sin reservas en el Banco Central, con asonadas militares cada tanto, con 30.000 desaparecidos.

Las columnas comenzaron a ingresar al mediodía y promediando la tarde la Plaza estaba completa.

En el año 89, el Fondo, con presiones, le soltó la mano al gobierno democrático del presidente Raúl Alfonsín y no pudo terminar su mandato, sostuvo Cristina Fernández de Kirchner durante el acto del viernes, observada atentamente por Lula Da Silva, José Mujica y Alberto Fernández.

En el mismo día, el organismo internacional difundió un documento con los puntos discutidos junto al equipo de técnicos del Ministerio de Economía y el Banco Central que acaba de finalizar una serie de encuentros que transcurrieron durante toda la semana.

“Hubo un entendimiento general sobre la necesidad de mejorar de manera gradual y sostenible las finanzas públicas, dando lugar al mismo tiempo a las tan necesitadas inversiones en infraestructura, tecnología y gasto social focalizado”, resumió el FMI a través de un comunicado.

Agregando, además, que “abordar la persistente y alta inflación requiere un enfoque múltiple que implique una reducción del financiamiento monetario del déficit fiscal, una política monetaria adecuada con tasas de interés reales positivas y una coordinación de precios y salarios”.

¿No resulta un poco doloroso, no queda una sensación de bronca luego de leer el comunicado? El futuro de generaciones se está escribiendo en Washington. Esa es la peor herencia que dejó la Alianza Cambiemos y Mauricio Macri en particular.

Por eso CFK fue asertiva cuando insistió sobre la corresponsabilidad del organismo en la entrega de ese fastuoso salvataje, recursos que terminaron por financiar la fuga de capitales.

“Usted sabe Presidente, compañeros, compañeras, que se habla mucho de la restricción externa. Que a la Argentina le faltan dólares. No, a la Argentina no le faltan dólares, los dólares los tienen afuera. Se los llevaron. Necesitamos que el Fondo nos ayude a recuperarlos desde los paraísos fiscales adonde se han ido miles de millones de dólares en evasión para que les paguemos”, agregó CFK.

La Reserva Federal de los Estados Unidos sabe que en el país hay casi 170.000 millones de dólares en billetes. Y que, en el exterior, ese guarismo llega a los 400.000 millones de dólares.

El Banco Nación determinó que podrían sustituirse importaciones por USD 11.000 millones

Los depósitos a la vista del sistema bancario representan más de 15.000 millones de dólares. Las exportaciones de este año finalizarán en los 75.000 millones. Pero aun así, el Banco Central no puede juntar las reservas suficientes. Los dólares están.

¿No será hora de salir a buscarlos?

En este derrotero, el Gobierno sigue apostando como única lógica de acumulación la salida exportadora, mientras que el Fondo reclama un gasto social focalizado, un aumento de la tasa de interés para controlar la inflación y que los salarios no se disparen demasiado.

El Fondo actúa para consolidar el modelo de rentabilidad de la cúpula empresarial argentina, que en los últimos dos años creció en más de cuatro puntos su participación en la generación de riqueza, mientras que lxs asalariados descendieron 9 puntos.

El salario mínimo vital y móvil cayó más del 50 por ciento entre 2016 y 2020. El ajuste ya ocurrió.

Tal como publicó La Opinión Austral, el Banco Nación determinó, a través de una investigación, que en el país podrían sustituirse importaciones por 11.000 millones de dólares.

¿Faltan divisas entonces?

En esta lógica de apuntar sólo a la exportación, el Gobierno les está dando todo lo que reclaman a las empresas. Y a cambio no pide nada. El Poder Ejecutivo volvió a mejorarles el acceso a las divisas a grandes compañías que inviertan entre 500 y 1000 millones de dólares.

El gesto llegó a través de un DNU. Ahora podrán quedarse con el 40 o 60 por ciento de los dólares que generen por sus ventas al exterior.

La ampliación de este beneficio coincide con los reclamos de algunos jugadores del sector petrolero, como Pan American Energy o Vista, que pretendían mejorar lo que el proyecto (fallido) de hidrocarburo les prometía.

También se liberaron las exportaciones de carne sin establecerse mecanismos de regulación para los precios internos. El Gobierno tiene miedo de hablar de cupos de exportación.

Entonces, el control se realizará a ojo. Se irá viendo si hay stock suficiente para continuar con las exportaciones liberadas (salvo para los 7 cortes del asado de los domingos).

“Si el año que viene se superan las 600.000 toneladas, se traslada todo a precio. ¿Quién te dice que no van a camuflar los cortes de consumo local con los envíos a China de la vaca flaca?”, advirtió Pedro Peretti, exdirector de la Federación Agraria.

¿Está garantizado el abastecimiento del mercado interno a precios accesibles?

Sobre eso no se estableció ningún mecanismo de regulación, salvo por la permanencia en la prohibición de exportar 7 cortes de consumo masivo local y la liberación de un stock de 20.000 toneladas en poder de los frigoríficos para las fiestas.

El objetivo de la Secretaría de Comercio interior es que, para Navidad y Año Nuevo, la carne baje aproximadamente 100 pesos el kilo en carnicerías y supermercados. Después se verá.

El gesto fue el pacto de caballeros con las patronales de la Mesa de Enlace. De ahí la advertencia, de tanto conocer el paño, que formuló Peretti. El sector sabe de mecanismos de elusión.

Los dólares están

El FMI reclamó altas tasas de interés y alinear precios y salarios. Mucho antes, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner había postulado la necesidad de alinear precios, tarifas y salarios.

Cristina Fernández de Kirchner había postulado la necesidad de alinear precios, tarifas y salarios

El Presupuesto 2022, tal como se envió en septiembre, contiene una reducción de los subsidios a la energía del 0,2 por ciento.

En términos reales, deflactada la inflación, las transferencias corrientes caerían un 15 por ciento promedio, pero con un mayor impacto en los sectores más vulnerables.

Según un análisis realizado por el CEPA, los subsidios a la demanda de gas natural y GLP caerían un 39 por ciento, mientras que el Programa Hogar (acceso a garrafas) recibiría una merma del 34 por ciento.

Y, de no mediar ningún esquema de segmentación (tema sobre el cual vuelan dardos entre la Secretaría de Energía y los entes de regulación del gas y la electricidad), el incremento de tarifas podría llegar, en el AMBA, al 30 por ciento. El debate parlamentario develará alguna de estas incógnitas.

El lunes arranca el debate por el Presupuesto, que se votaría en Diputados el jueves. El ministro de Economía, Martín Guzmán, fue muy claro ante Sergio Massa: “Necesitamos un gesto para el FMI”.

Ese gesto será el Presupuesto. Por eso Hebe de Bonafini no fue a la Plaza. Porque sabe que el Congreso convalidará la negociación con el organismo (o la imposición de su plan) por más que ahora la palabra ajuste aparezca camuflada de gradualismo.

La Reserva Federal de EE.UU sabe que en el país hay casi 170.000 millones de dólares en billetes

La salida exportadora está beneficiando a la cúpula empresarial argentina, la misma que fugó las divisas que ingresaron por el enorme endeudamiento del macrismo.

En la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Deuda Externa duerme el sueño de los justos una computadora con toda la información entregada por el Banco Central sobre los fugadores. Cientos de miles de CUITs que podrían investigarse para saber quién y cómo fugó ese dinero. Pero no se hace.
Como sostuvo Cristina, los dólares están.

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