En la tarde de este miércoles, detuvieron a Martín Santiago del Río, hijo menor del matrimonio asesinado en su casa de Vicente López el pasado 24 de agosto. Las primeras hipótesis de los investigadores apuntaban a Nina Aquino, la empleada domestica, como entregadora, sin embargo la mujer fue liberada en horas de la tarde.
En medio de la investigación por el asesinato a tiros de José Enrique del Río y de su esposa Mercedes Alonso, de 74 y 72 años, ocurrido en una importante mansión a pocas cuadras de la Quinta de Olivos, los fiscales acusaron a Martín Santiago del Rio, como autor de doble parricidio.
El empresario de 47 años fue detenido este miércoles cuando ingresaba al lote 27 del barrio privado Barrancas del Lago de Nordelta, donde vive junto a su familia. Los investigadores están convencidos de que el miércoles 24 de agosto a la tarde, Martín Santiago del Rio ingresó a la casona de sus padres, ubicada en Melo y Gaspar Campos, y los ejecutó a balazos.
Para sostener la acusación, los fiscales Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería cuentan con una gran cantidad de pruebas que incluyen testimonios, análisis de celulares y videos de las cámaras de seguridad, informó una fuente de la investigación al medio Infobae.
Para los investigadores, un conflicto con los negocios familiares serían el móvil del crimen. El hombre era el encargado de manejar las finanzas de sus padres.
El matrimonio asesinado tenía pensado mudarse a un departamento del exclusivo edificio Chateau de Avenida del Libertador.
La hipótesis de la fiscalía dice que le dieron 2 millones de dólares para que compre ese piso. Sin embargo, lo que hizo fue arreglar una compra de 36 cuotas, de las cuales sólo pagó 42 mil dólares.
Los investigadores creen que se robó los 1.600.000 mil dólares restantes y que su finalidad era quedarse con ese inmueble.
La hipótesis se convirtió en la principal línea investigativa, cuando se analizaron las cámaras de seguridad de las casas vecinas. Una de ellas muestra a un hombre entrar y salir de la casona con barbijo, gorra y una bolsa en su mano. El horario de ingreso es a las 17.33 y el de egreso a las 18.36, la franja horaria en la que se cree que se cometieron los asesinatos. A raíz de esto, los peritos comenzaron a hacer un seguimiento mediante cámaras municipales para saber a dónde se dirigió ese misterioso hombre.
Detalles de la investigación
Los fiscales creen que fue el hijo menor quien el 24 de agosto último por la tarde llegó a la casona de la calle Melo al 1100 de Vicente López, que con alguna excusa convenció a sus padres para subirse al auto Mercedes Benz E350 estacionado en la cochera de la propiedad y que desde el asiento trasero los ejecutó con una de las dos armas faltantes en la casa, una pistola calibre 9 milímetros que su papá guardaba en la mesa de luz de su cuarto.
Lo comprometen una serie de contradicciones sobre lo que hizo el día del hecho y especialmente unos videos donde los investigadores lo detectaron caminando desde el barrio porteño de Núñez hasta la casa de sus padres en Vicente López
Además, creen que el disparo que se hizo en el living del primer piso de la casa, apoyado contra un almohadón para enmudecer el estruendo, que perforó un sillón y quedó incrustado en el parquet, fue un tiro para probar el arma antes de ir a la cochera a ejecutar a sus padres.
Los fiscales Gómez, Musso y Semería y los detectives de la DDI de San Isidro sospechan que luego de asesinar a su madre de un tiro en la cabeza cuando estaba sentada al volante, y a su padre, que iba de acompañante, de tres en la nuca, el tórax y una pierna, el parricida montó una escena revolviendo algunos ambientes de la casa, vaciando la caja fuerte y llevándose el DVR de las cámaras de seguridad, para desviar la investigación, simular un robo.
Además, según esta hipótesis, Martín Del Río más tarde aprovechó a incriminar ante los investigadores a “Nina Aquino, la empleada que sus padres tenían hace 12 años, que terminó detenida como sospechosa de haber “entregado” el hecho, entre otras cosas, por una de las mentiras detectadas al nuevo acusado.
Otra fuente judicial reveló que “toda la información recabada en las primeras horas de la investigación fue instalada por este hijo: que había 10.000 dólares, 1.500.000 de pesos, 50 lingotes de oro de 10 gramos y diamantes en la caja, que alguien había entregado las llaves y las sospechas hacia la empleada”.
“Llegó a decir que la billetera tipo sobre de cuero que le encontramos en su domicilio a ‘Nina’, cuya foto tenía la mujer borrada en su celular y que ella explicó que había sido un regalo de su patrona, era una ‘reliquia familiar’ de más de 40 años donde su mamá guardaba la llave de la caja fuerte, cuando es un artículo de la empresa Prüne, fundada en Argentina en 1999”, dijo uno de los pesquisas.
Martín Del Río, que la semana pasada había sido aceptado como particular damnificado en la causa junto a su hermano Diego, ahora pasó a ser imputado de un “doble homicidio triplemente agravado por el vínculo, la alevosía y criminis causa” (matar para lograr la impunidad), cuya única pena es la máxima de prisión perpetua.
En cambio, “Nina” Aquino recuperó la libertad tras pasar casi 13 días detenida por un hecho del que no tuvo participación y este jueves brindará una conferencia de prensa en el estudio de abogados de su defensor, en San Justo.
El miércoles fuentes de la investigación había revelado que, en base a lo declarado por los hijos de las víctimas, se investiga si el o los asesinos pudieron haber utilizado para el doble crimen una de las dos armas que también robaron de la casa: una pistola 9 milímetros que el abogado jubilado guardaba en la mesa de luz de su cuarto. También se robaron un revólver .22 que estaba en el auto.
El doble crimen
El doble crimen fue cometido en la casona de la calle Melo al 1100 la tarde del 24 de agosto último y fue descubierto la mañana siguiente por la propia empleada Aquino, cuando halló los cadáveres de sus patrones dentro del Mercedes Benz E350 estacionado en la cochera.
Las víctimas estaban sentadas con los cinturones de seguridad colocados en los asientos delanteros, la mujer del lado del conductor con un tiro en la cabeza y el hombre como acompañante con tres disparos.
El tirador los ejecutó con una pistola calibre 9 milímetros de atrás hacia adelante de derecha a izquierda, por lo que se cree que podía estar en el asiento trasero.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia