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El reciente estreno de la serie El Eternauta, protagonizada por Ricardo Darín, reavivó el interés por la vida y desaparición de su autor, Héctor Germán Oesterheld. Secuestrado por el Ejército en 1977, su historia sigue siendo un emblema del terrorismo de Estado en la Argentina. Aunque su cautiverio fue parcialmente reconstruido gracias a testimonios y juicios por delitos de lesa humanidad, su paradero continúa siendo desconocido.
Oesterheld fue detenido en La Plata y trasladado al centro clandestino de detención El Vesubio. Allí y en otros lugares como Sheraton y El Campito, sobrevivientes declararon haberlo visto en condiciones precarias, deteriorado física y emocionalmente, y sometido a torturas psicológicas.
Según los testimonios, los represores utilizaban la desaparición de sus cuatro hijas –dos de ellas embarazadas– como método de presión para quebrarlo.


A lo largo de los años, siete juicios permitieron establecer responsabilidades. En 1985, su caso fue parte del histórico Juicio a las Juntas. Posteriormente, fue incluido en las causas Vesubio I, II y III, Sheraton I y IV y en la Megacausa Campo de Mayo. En total, más de 40 represores fueron condenados.
A pesar de esas sentencias, la herida familiar permanece abierta. Los nietos de Oesterheld, hijos de Diana y Marina, nacidos en cautiverio entre 1976 y 1977, aún son buscados. Y la pregunta central persiste: ¿dónde está Héctor Germán Oesterheld?
Su legado, sin embargo, sigue vivo en sus obras y en la memoria colectiva de un país que aún exige verdad y justicia.
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