Patricia Torres es gasista matriculada, y por ende su oficio tiende a costarle el doble al estar inmersa en un ámbito que históricamente ha sido vinculado a los hombres. En las últimas horas, su hija dio a conocer una situación de discriminación que sufrió, y su historia se hizo viral.

En Twitter, su hija Alejandra relata: “Mi mamá es gasista matriculada. La habían recomendado para un trabajo pero cuando atendió el cel, se dieron cuenta que es mujer. Le preguntaron si sabía lo que era un caño y si estaba capacitada. A los minutos, le dijeron que no necesitaban de su servicio“.

Inmediatamente, las redes se hicieron eco de lo ocurrido, y Patricia obtuvo una respuesta más de satisfactoria: sus clientes se duplicaron. Se abrió una cuenta de Instagram, donde agradeció el apoyo y donde ofrece su servicio de gasista.

En diálogo con AM550, Patricia volvió a contar su experiencia y relató: “La persona que me llamó me agradeció, colgó y más tarde me envió un mensaje que ya habían contratado a un gasista matriculado, hombre”. “Yo le agradecí y no dije nada. Mi hija fue la que me hizo dar cuenta de las cosas que tengo que soportar y que yo las tengo naturalizadas, para mí ya son moneda corriente”, expresó.

“Por suerte mí hija me hizo el Twitter y contó lo que sucedió, ahora me llaman de todos lados ofreciéndome trabajo y también para ofrecerse a trabajar conmigo”, contó la mujer que se hizo propietaria del usuario “mujergasista”.

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