Por Hugo Ferrer
Delia sintió el llamado de su hermano Jorge Donn, uno de los más grandes bailarines que tuvo el Teatro Colón. Misteriosamente, entre un montón de manos, su deseo le tenía que llegar a Marianela.




A las 19:30 llegó al foyer principal antes de la función. Juan Carlos Labrador, jefe de sala, la recibió. “No vengo a la función. Por favor, quiero darle esta flor a Marianela de parte de mi hermano”.
El envoltorio, con un pimpollo amarillo, luego fue a manos de Ricardo Mandel (creador de Por siempre Coloneros). Juan Carlos y Ricardo se hicieron una foto con el ramo. Jamás imaginaron lo que pasaría horas después…
¿Quién es Marianela?
Marianela Núñez tiene 43 años. De San Martín, en la provincia de Buenos Aires, al Teatro Colón. Del Colón a Londres. Y al mundo. Y regreso con gloria a la Argentina. Su inicio fue en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Talento y futuro. A los 15 años, rumbo a Londres para incorporarse en la escuela del Royal Ballet. No fue fácil. A los 20 años el gran logro: ser la primera bailarina.
Desde las 20 del jueves 31 de julio el Royal Ballet de Londres tuvo su noche deslumbrante. Marianela Núñez, su primera figura, le dio vida a Kitri, del ballet Don Quijote. Junto a ella, Patricio Revé, de origen cubano, y del Queensland Ballet de Australia, en el rol de Basilio, su enamorado. Y la tremenda presencia del Ballet Estable del Teatro Colón, sus solistas, su cuerpo de baile y primeros bailarines. Silvia Bazilis, una de las coreógrafas junto con Raúl Candal, le puso el alma. Y también se lució la Filarmónica de Buenos Aires con la dirección de Manuel Coves. Fue una noche única.
Marianela es una estrella mundial. Quizás en el país todavía no se advierte su magnitud.
A las 22:15, un final inolvidable. Julio Bocca, ahora como director del Ballet del Teatro Colón, disfrutó orgulloso y hasta se permitió recordar y sentir en la piel lo que son las ovaciones que conmueven. Con el maestro de repertorio Luis Ortigoza también habían visto los ensayos. Salió todo impecable.
La reacción de la gente, como el Colón de antes. Aplausos, de pie, abrazos. Más aplausos. Más de 10 minutos con palmas coloradas.
“Yo soy tu fan”
Y así surgieron también tantos elogios en las redes. Como el de Marina SP (“Es una diosa embajadora de nuestro arte. Contagia su alegría al bailar. Puro talento y carisma. Gracias Julio Bocca y Teatro Colón por la gestión de traer a nuestro país a estas gemas que nos representan por el mundo”), Mariana Lavagne (“Por favor agreguen más funciones para que todos podamos verla. Hace tiempo que quiero conseguir entradas”), Carmen Arista (“Mi hija tiene 12 años y me pidió ir el domingo 3 sólo para ver a Marianela”), Florencia Doval (“¡Qué emoción!”), Alicia Laplace (“¡Para aplaudirlos! ¡Bravoooooo!”), Lilia Fernández (“¡Qué afortunados los que pudieron verlos!), María Tulia Tesei (“Diosa de la danza!”), Ana Cecilia Amid (“Me explota el corazón”), Alicia López (“¡Espectacular!”).
Jaboncitos, fotos y abrazos
La sencillez en “punta de pie”. Labrador recuerda que “el día anterior a la función le había regalado unos jaboncitos de corazones y pétalos”.
Después que la ovacionaron más de diez minutos, de haber hecho la foto oficial detrás de bastidores con todos los integrantes (y hasta Julio Bocca), los mejores bailarines del Colón la esperaron para saludarla: Silvia Bazilis, Eleonora Cassano y Raúl Candal. Felicitaciones. Fotos. Abrazos y besos. Luego de esa emotiva sesión, se acercó a Juan Carlos y le dijo: “Gracias por los jaboncitos”. Increíble.
Marianela, nuestra Messi del ballet
Ricardo Mandel, siempre supo de la magnitud de Marianela, pero jamás imaginó el desenlace final. Así, armó sin querer casi un mini reality y se filmó con Juan Carlos con la flor amarilla que llevó Delia Donn, y luego de la función caminó por la calle Cerrito. Los fanáticos esperaban para saludarla. Ricardo fue contundente: “Estamos en la Marianelamanía, La Nelamanía”. Y eso fue. La flor llegó a manos de Marianela. “¡Nelamanía! Entregamos la flor que le envió Delia Donn en nombre de su hermano Jorge. ¡Misión cumplida!”.
This browser does not support the video element.
Y junto a Patricio Revé apareció y fue una explosión. Gritos, celulares, cánticos por ella y por él. “¡Olé, olé, olé, Nela, Nela, Nela!”, “¡Patricio! ¡Patricio! ¡Patricio!”. Y luego hasta hubo “¡Argentina, Argentina!”. Marianela siguió con el ramo en su brazo y alcanzó a darle un mensaje: “Gracias por todo el cariño que me dan siempre, desde lejos, desde el otro lado del océano. Los aprecio muchísimo. Estén ahí siempre. ¡Los quiero!”.
Hugo García, el reconocido jefe de prensa del teatro, también se mostró orgulloso. Y así lo destacó el Colón en su posteo oficial: “La emoción del público no terminó cuando el telón bajó. En la salida de artistas del Teatro, por la calle Cerrito, una multitud esperó para saludar y sacarse fotos con una de las artistas más queridas de nuestro país. Una muestra más del cariño inmenso que Marianela despierta en cada visita”.
This browser does not support the video element.
El viernes por la mañana, todavía con el rebote de las repercusiones de su espectacular actuación, Marianela agradeció el gesto de la flor amarilla. Humildad y grandeza.
Lo que le pasó a Juan Carlos, es lo que también sintieron los que fueron a verla y que saben del valor de una ovación y la historia de los grandes bailarines del Colón. “Estoy al borde de los 60 y vi ballet desde los 5 años, cuando mi viejo me dejó en el palco H con un chocolate y bailaba Nureyev. Lo de Marianela está en el top 5 de lo que viví en el teatro”.
Leé más notas de Hugo Ferrer
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario