Los antepasados del gato doméstico (es decir, el gato salvaje africano) servían mayoritariamente para controlar las plagas. Sin embargo, los gatos hoy en día son un miembro más de la familia. De hecho, se cree que este cambio en la relación entre humanos y gatos tuvo lugar hace unos 4 000 años, un poco más tarde que el perro.
Aunque puede parecer una cantidad de tiempo suficiente para que una especie se adapte por completo, los gatos presentan una divergencia genética bastante pequeña con respecto a sus antepasados, lo que significa que sus cerebros todavía piensan como gatos salvajes.
Muchos disfrutan con los mimos y las caricias pero la interacción con los seres humanos es algo que deben aprender en un periodo relativamente corto, entre las dos y siete semanas de vida. Además, la personalidad del gato, las zonas del cuerpo que se tocan y cómo se le maneja en general pueden jugar un papel importante en cómo responde el gato a los afectos de los seres humanos.
Por otro lado, algunos gatos pueden tolerar las caricias a cambio de comida o alojamiento. Sin embargo, según los científicos, un gato que tolera las caricias no necesariamente es un gato feliz, pues existen niveles más altos de estrés en gatos que toleran las caricias en lugar de demostrar su descontento activamente.
La clave del éxito, según los investigadores, es proporcionarle al gato tantas opciones durante las interacciones como sea posible. Por ejemplo, la opción de indicarle si quiere que lo acaricien o no, y controlar dónde se le toca y por cuánto tiempo. Esto podría requerir un poco de autocontrol. Sin embargo, es muy beneficioso ya que las interacciones duran más cuando es el gato, en lugar del humano, quien las inicia.
También es muy importante prestar atención al comportamiento y la postura del gato durante las interacciones, para asegurarse de que se está cómodo. Cuando se trata de tocar un gato, menos es más.
Signos de disfrute en los gatos
De forma general, los gatos disfrutan cuando se les acaricia en sus glándulas faciales, incluyendo la base de las orejas, debajo de la barbilla y alrededor de las mejillas. En cambio, no suele gustarles que le acaricien la barriga, la espalda o la base de la cola.
Algunos de los signos de disfrute en los gatos son los siguientes:
- La cola se mantiene erguida y elige iniciar el contacto
- Ronronea y amasa con sus patas delanteras.
- Agita suavemente la cola de un lado a otro
- Su expresión facial es relajada y las orejas están erguidas
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