Una palta necesita aproximadamente 320 litros de agua para crecer. Pero qué pasa si el cambio climático afecta la provisión de ese recurso y los campos que cultivan esa fruta provocan enormes sequías y feroces desforestaciones. ¿Podría desaparecer la palta?

Según el Foro Económico Mundial, la demanda en el mundo es de unos 5.000 millones de kilos anuales. De hecho, una de las regiones que más produce este alimento despacha un camión cada 6 minutos hacia Estados Unidos.

Al ser un producto que está tan de moda y muy rentable económicamente para los productores, las consecuencias para el entorno son terribles. Por ejemplo, una hectárea de palta con 156 árboles consume 1,6 veces más que un bosque con 677 árboles por hectárea.

Una de las soluciones para reducir su impacto ambiental según el Foro Económico Mundial, es la exigencia de que el alimento provenga del comercio justo y de los cultivos sostenibles y no sea producto de la deforestación, el crimen organizado o la explotación de acuíferos. Para ello debería existir una certificación internacional.

Si este escenario no cambia, qué pasará con recetas típicas como el barros lucho en Chile, el guacamole en México o el ya instalado desayuno de tostada con palta y huevo que se sirve en la Argentina. ¿Habrá que disminuir su consumo?

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