La petrolera Roch atraviesa un nuevo capítulo de incertidumbre tras no pagar más de u$s1 millón en vencimientos de sus obligaciones negociables (ON) y créditos bancarios. La empresa, que ya había incurrido en default en 2020, no logró cumplir con el acuerdo de reestructuración de deuda firmado en 2022, según informó Ámbito Financiero.
La compañía tiene áreas de exploración y explotación en Mendoza, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Allí produce 5.680 barriles de petróleo diarios y 1,3 millones de m3 de gas. El dueño mayoritario de Roch es su fundador y presidente, el empresario Ricardo Omar Chacra, con un 67% de su capital y el 37% restante está en manos del empresario transportista Alfredo Román y su familia.
Vencimientos impagos y baja de calificación
A fines de diciembre, Roch notificó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que no pagaría intereses millonarios de sus ON y créditos bancarios. Tras un período de gracia de 15 días para negociar con sus acreedores, la compañía no logró encontrar una solución.
Como consecuencia, la calificadora de riesgo Fix bajó la calificación de Roch y sus ON de C a D. La baja se debe a la falta de pago de u$s433.000 en vencimientos de las ON Clase 1, lo que podría derivar en una aceleración de la deuda si el 25% de los tenedores del capital impago decide accionar.
Un panorama complejo
Según informó la periodista Yanina Otero para el suplemento Energy Report, la deuda total de Roch asciende a u$s20,4 millones, de los cuales u$s12,5 millones corresponden a sus ON.
A pesar de la suba del precio internacional del petróleo y del gas, Roch no logra revertir los problemas en su operación, lo que genera un flujo operativo insuficiente para afrontar sus compromisos de deuda.
¿Qué depara el futuro?
Roch se encuentra en un proceso de negociación con sus acreedores para alcanzar un nuevo acuerdo. El escenario hacia adelante es complejo y dependerá de la capacidad de la empresa para generar flujo operativo y obtener financiamiento.
El historial de Roch
En 2020, Roch atribuyó su default a la abrupta caída de la demanda y del precio del barril. En ese contexto, la empresa ingresó en concurso de acreedores y posteriormente firmó un acuerdo de reestructuración en 2022. Sin embargo, este acuerdo no pudo ser cumplido, lo que pone en riesgo la continuidad de la compañía.
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