La marcha que reunió más de dos centenares de personas fue una de las más grandes que se haya realizado hasta el momento en la localidad, según los residentes. La furia y el enojo de los vecinos se funda en las denuncias previas que Guadalupe había realizado con suficiente antelación.
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Sobre el femicida Bautista Quintriqueo pesaba una perimetral que no cumplió en reiteradas oportunidades. La mujer que trabajaba en una panadería para mantener a su hijo de 1 años se había presentado varias veces ante las autoridades para advertir sobre lo sucedido. Sin embargo, sus suplicas no fueron escuchadas y el final fue cantado.
“Den la cara”, “No hiciste nada con las denuncias de antes”, “Las medidas no fueron las suficientes”, “¿Si le pasara a tus hijas, tardarías tanto?”, fueron algunos de los cuestionamientos que a los gritos esbozaban los vecinos mientras el fiscal Adrián De Lillo intentaba poner en palabras lo que para muchos resultó inexplicable.
Fue entonces que el fiscal jefe Fernando Rubio tomó la palabra y reconoció que “las medidas no fueron las suficientes”. Además, adelantó que el femicida permanecerá en prisión preventiva hasta el día del juicio.
Minutos más tarde, familiares, amigos, compañeros y vecinos marcharon hasta el hospital en donde hasta el momento permanece internado Quintriqueo.
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