La frase del ex mandatario mendocino tiene su orígen en la suspensión de una megaobra sobre el río Grande, el más caudaloso de la provincia, en el que tenían previsto construir una central con capacidad de generación de energía de 210 MW.
El mismo río sobre el que tiempo atrás estaba previsto realizar la construcción, continúa su recorrido por Buenos Aires, La Pampa, Río Negro y Neuquén. Según trascendió, por temor a ser perjudicadas por una posible disminución del caudal, esas provincias solicitaron un estudio de impacto ambiental que derivó en la suspensión temporal del proyecto.
El diputado radical aseguró que la interrupción “es por maldad” y que tiene por objetivo “perjudicar a Mendoza que tiene todo para vivir como un país independiente, pero no lo tiene hoy. Hoy necesita de la Argentina y la Argentina lo perjudica en la calificación de riesgo, en el acceso de crédito internacional, para traer inversiones, etc. Podría ser un país pero con un programa común de su elite política empresaria para desarrollar ese camino (…) Hay que empezar a pensarlo seriamente”.
Como contrapostura, el ministro del Interior, Wado de Pedro, aclaró la semana pasada que la intención es llegar a un acuerdo entre todas las provincias.”El presidente Alberto Fernández fue claro en el sentido de que trabajemos para propiciar el acercamiento , y hoy empezamos”.
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