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Por Irene Stur

La industria pesquera argentina es uno de los sectores productivos de la economía local que genera divisas para el país. Pero hoy atraviesa momentos preocupantes, jaqueado por varias aristas negativas.

En el primer mes del año, medidas interanualmente, las exportaciones pesqueras cayeron significativamente, afectadas por la apreciación del peso, la disminución de precios internacionales y un consumo en declive. Expertos del sector advierten que la situación podría empeorar si no se implementan medidas urgentes.

Con un volumen de exportaciones que supera los USD 2.300 millones anuales, el octavo complejo exportador del país enfrenta un panorama crítico. La combinación de un “atraso cambiario” y una carga tributaria que se sitúa en torno al 7% ha llevado a que muchas empresas operen con “cero” rentabilidad, poniendo en riesgo miles de empleos en tierra.

Los datos oficiales brindados por la Secretaría de Pesca dan cuenta que durante el mes de enero de este año, las exportaciones del sector pesquero experimentaron una disminución del 15,2% en comparación con el mismo mes de 2024, alcanzando un total de USD 117 millones.

En términos de volumen, la caída se situó en un 8%. Este panorama negativo se debe, en gran parte, a la reducción de la demanda y los precios del filete de merluza, especialmente afectado por la desaceleración del mercado brasileño. Aunque los precios de otros productos de merluza congelada se incrementaron, esto sólo mitigó parcialmente la caída en las ventas.

En el caso del langostino entero, todos los indicadores son desfavorables, mientras que las colas, a pesar de mantener un precio estable, también sufrieron un descenso significativo en la demanda. A contracorriente, el calamar illex se destaca como el único producto que muestra un crecimiento tanto en ventas como en precios, con China como su principal destino.

El langostino sufrió una contracción del 52% en la demanda a nivel internacional.

Merluza en retroceso

La demanda de filete de merluza se desplomó un 23%, lo que se tradujo en una reducción de la recaudación del 26%, impulsada por una caída del 4% en los precios en comparación con el mismo período del año anterior. Lo principales mercados compradores, como  Brasil, redujeron su demanda en un 31% pagando un 10% menos la tonelada. Lo propio pasó con otros países como EspañaEstados Unidos, Ucrania, Portugal e Italia. Sólo Polonia y Francia aumentaron su demanda.

Mejor precio logró la merluza congelada, excluyendo el filete, pero la demanda se desplomó un 36%. Básicamente por el virtual retiro del mercado ruso, cuya demanda cayó 84%, seguido por España con un 61%. Además, mercados como Argelia y China directamente no registraron compras.

Langostino en crisis

Las expectativas de recuperación para el langostino entero se desvanecieron con los datos de enero, que muestran una caída del 2,4% en el valor de exportación, situando el precio promedio en USD 5.062 por tonelada. Comparado con 2021, el precio actual refleja un descenso alarmante del orden del 151%.

De la mano con la caída del precio, también hubo una fuerte contracción de la demanda (-52%), con España comprando un 51% menos que en 2024. En total, se exportaron 2.057 toneladas, una cifra que sólo superó las ventas a España del año anterior.

Para las colas de langostino, aunque el precio se mantuvo estable, la demanda también experimentó una caída del 17%, lo que afectó las ventas de manera similar. Se exportaron 7.835 toneladas a un precio promedio de USD 7.328 por tonelada. El mercado español sufrió la mayor caída en ventas (53%), seguido por China, que también compró un 20% menos. No obstante, Perú mostró un crecimiento del 16% en ventas, a diferencia de Estados Unidos e Italia, que requirieron menos volumen que en 2024.

Calamar illex: la estrella

A diferencia de otros productos pesqueros, el calamar illex se mantiene como un rayo de esperanza en el panorama exportador, con incremento en precios y demanda. Hasta ahora, se han exportado 2.769 toneladas a un precio promedio de 2.659 dólares por tonelada, un 9% más que en enero de 2024. Un notable 92% de las exportaciones se destinó a China, que experimentó un aumento de 205% en la demanda.

Un estudio de la consultora INVECQ revela que la industria pesquera opera actualmente con una rentabilidad negativa del 21%. A modo de comparación, en 2018 la rentabilidad era positiva en un 20%. Los empresarios remarcan la necesidad de medidas urgentes que, entre otras cosas, corrija el retraso en el tipo de cambio y el encarecimiento de la carga fiscal. Pero por ahora, estas no aparecen.

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