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En un rincón austral de nuestro país, donde el frío y el viento son parte del paisaje cotidiano, hay una calidez especial que brota del esfuerzo colectivo y del amor por el deporte. Se llama Petroleritas y es mucho más que un club de fútbol femenino: es una experiencia de comunidad, contención y crecimiento para decenas de chicas de Río Gallegos.
Este equipo visitó Radio LU12 AM680, donde Alan Haro, su director técnico, y Maia Santana, jugadora de apenas 12 años, compartieron la historia de un proyecto que, en apenas dos años, pasó de ser una idea a una verdadera institución con futuro.


“El club nació en 2022 porque un grupo de chicas se quedó sin espacio donde jugar. Mi hermano Cano, junto a su pareja, decidieron armar algo propio”, relató Haro. Él se sumó en el invierno de 2023 como preparador físico, pero pronto asumió el desafío de dirigir técnicamente a la categoría 2012. Hoy, junto a otros dos profesores, coordina el trabajo con más de 50 jugadoras de entre 6 y 19 años.
El club, impulsado por el sindicato de la Cuenca Austral tiene una esencia particular: es exclusivamente femenino y prioriza la práctica del fútbol salón, una elección lógica frente a las condiciones climáticas de la región. “Entrenamos bajo techo en el Centro Chileno, de 18 a 21 horas, y si no hay torneos de salón, participamos en campeonatos de fútbol suizo para no perder ritmo”, explicó Haro.
Maia, una de las jugadoras más jóvenes del plantel, dejó en claro que la pasión no tiene edad. “Juego desde los cinco años. Mi familia es muy futbolera y me apoya en todo”, contó con la frescura y determinación de quien, a pesar de su corta edad, ya entiende que el fútbol puede ser también un proyecto de vida.
Pero Petroleritas no se limita a lo deportivo. El acompañamiento a las chicas es integral. Haro, que además estudia Psicopedagogía, destacó la importancia de una mirada formativa: “Buscamos que aprendan desde el error, que se sientan acompañadas. Ellas me enseñan tanto como yo a ellas”. En ese sentido, también se está gestando una escuelita con enfoque recreativo para las más chiquitas, a cargo de la profe Abigail Barrientos, también jugadora de la Primera.
El crecimiento del club también se refleja en el calendario. Este fin de semana, Petroleritas debutará en la liga de futsal de El Calafate, donde viajarán una vez por mes durante al menos cinco meses, con las categorías 2010 y 2012. Pero el objetivo más ambicioso está previsto para julio: un viaje a Misiones, donde las categorías 2012 y 2013 competirán en un torneo nacional. “Queremos que las chicas conozcan otro nivel de fútbol. Estamos organizando rifas, ventas y todo lo que se pueda para juntar el dinero, incluso viajaremos en avión”, relató Haro.
En este camino, los padres son una pieza clave. Formaron una comisión para apoyar desde lo logístico hasta lo económico. “Sin ellos sería imposible sostener esto”, subrayó el entrenador. La cultura del esfuerzo colectivo atraviesa cada rincón del club, algo que se hace aún más evidente en cada derrota, como la reciente final perdida por penales frente a Defensa y Justicia: “El lunes siguiente ya estaban todas entrenando. Eso es lo que más valoramos”.
La realidad del fútbol femenino en la ciudad, según Haro, sigue necesitando más competencias y espacios. Si bien se han mejorado las instalaciones y hay una creciente cantidad de equipos, aún falta una estructura que permita que las chicas tengan la misma regularidad que los varones. A pesar de ello, el avance es innegable, y clubes como Petroleritas empujan para que la igualdad deje de ser una promesa y se convierta en costumbre.
“Invitamos a todas las chicas que quieran sumarse. El deporte es salud, es amistad, y es una forma de crecer”, cerró Haro. Maia, por su parte, solo pidió dejar un saludo a su familia, pero en esa sencillez dijo todo: detrás de cada pase, cada gol, cada derrota o triunfo, hay una red de afectos y sueños que sostienen y empujan.
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