El hallazgo de la beba se produjo en medio de una torrencial lluvia durante la tarde del lunes. Cerca de las 17.30, Diego Penayo, un profesor de gimnasia de 31 años que entrenaba por la avenida Costanera Oeste, en la ciudad de Posadas, escuchó un ruido a pocos metros del lugar en donde corría. “Lo primero que pensé es que era un perro o un gato abandonado que lo embolsaron y lo tiraron cerca del agua”, relató a El Territorio.

Diego Penayo (31), el ángel de la beba

Segundos después de saltar la baranda que divide la calle de la costanera, el joven caminó hasta la orilla y abrió la bolsa en la que se encontraba el menor. Horrorizado, necesitó mirar dos veces en el interior para confirmar la terrorífica escena. “No la miré más si era varoncito. La vi del cuello para arriba que tenía un sarpullido y tenía la boca muy seca. Noté que no abría los ojos y por eso pensé que tenía uno o dos o tres cuatro días”, reveló.

 

 

 

 

En medio de la lluvia, Diego salió a buscar ayuda de inmediato. No pasaban autos y en la zona casi no había gente por la tormenta que se avecinaba. “Me acordé que ahí está el Comando y la llevé caminando, trotando y corriendo. El miedo que tenía era de llegar al Comando Radioeléctrico con un bebé muerto. Empecé a correr y empezó a llorar de vuelta, ahí me alivié”.

 

 

 

Sin observar el estado del cuerpo de la beba, Diego llegó minutos más tarde al puesto policial y tras contar lo sucedido, la menor fue trasladada de urgencia al noscomio. 

 

 

 

“La tenían ahí para que muera”, reflexionó luego. “Aprovecharon que llovía y no había nadie en la calle y la dejaron porque pensaron que iba a morir o querían que muera”.

 

 

Estado de salud

 

“Ahora, está estable. Salió de cirugía y está intubada. No tenemos certeza exacta, pero es reciente el nacimiento”, expresó el doctor David Halac sobre la menor que hasta anoche,permanecía internada en la terapia intensiva pediátrica del Hospital Materno Neonatal.

 

 

“Tenía una herida de arma blanca hecha por un cuchillo que había sido clavado debajo de la piel y varios puntazos más hechos con un tramontina oxidado. Entró lúcida, reactiva con un poco de hipotermia, deshidratada y llorando”, reveló Halac tras informar que en las últimas horas le aplicaron antibióticos, oxígeno, vacuna antitetánica.

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