“Max Mosley (presidente de la Federación Internacional del Automóvil en aquel momento) me dijo después que creía que sería el final de la Fórmula 1. ‘Creo que te equivocas, ya veremos’, le dije”, contó el emblemático dirigente de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, al cumplirse 30 años de la muerte del piloto brasileño Ayrton Senna en el circuito de Imola.
El Gran Premio de San Marino de 1994, en Italia, se convirtió en un fin de semana trágico para la F1, cuando Roland Ratzenberger y Ayrton Senna murieron en el circuito.
“Fue un fin de semana desastroso. Si piensas en todo lo que pasó, con Roland estrellándose y sin salir de su coche, y luego Senna… No creo que sea posible que vuelva a ocurrir algo así”, dijo Ecclestone.
Señaló que “cuando pasan estas cosas, todo sucede tan rápido que no tienes mucho tiempo para pensar” e indicó que “legalmente, debería haberse detenido, porque ahora sabemos que murió en el circuito. Pero al final todo se redujo a problemas comerciales, gente que habría querido reembolsos y todo ese tipo de cosas. Y no se tuvo en cuenta la otra parte”, apuntó.
No obstante, Ecclestone sostiene que, paradójicamente, “la Fórmula 1 se hizo más popular tras la muerte de Senna. Recibió tanta publicidad en todo el mundo que gente que no había visto la Fórmula 1 antes empezó a interesarse. Pero espero que nunca volvamos a ver algo así, y creo que hoy en día, con la forma en que todo ha mejorado en seguridad, gracias a Dios, las posibilidades son mucho menores”, culminó.
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