El mundo del automovilismo riogalleguense está de luto este miércoles por la partida de Rodolfo “Rodo” Giurgiovich, uno de los mecánicos de boxes más reconocidos de la ciudad.

 

El fierrero falleció luego de que empeorara su cuadro de coronavirus, y en las redes sociales lo despidieron con dolor. Su muerte se suma a la de otros compañeros del ambiente, víctimas del Covid-19. Sergio Fernández, ‘Luisito’ Cerra, Beto Martínez y Pajarito Sanchez son algunas de las pérdidas que sufrió el automovilismo local.

 

Entre las decenas de mensajes de despedida que se compartieron en las redes, el periodista deportivo, locutor de LU12 AM680 y entrañable amigo de “Rodo”, Carlos Zapico, lo despidió también con un emotivo posteo de Facebook, al que tituló “Los fierros siguen de luto”.

 

“Como si no hubiera alcanzado con la pérdida de Sergio Fernández, de Luisito Cerra, de Beto Martínez y del recordado Pajarito Sanchez entre los mas queridos por todos y afectados todos del maldito Covid, hoy se nos fue Rodolfo Bruno “Rodo” Giorgiovich.

 

El “Rodo” como se lo conoció siempre, fue paradojicamente una persona excelente, y ridículamente parece que se van los buenos, los que nos dejan ese sabor amargo de la pena, porque sencillamente cuando son como Rodo, buenos tipos, buenos amigos, siempre dispuestos a colaborar con todos, entusiastas para ponerse a laburar y a meter mano con el afán de ayudar y porque es su pasión y su vida, no importa la edad que tengas, solo importa ese acto de presencia que siempre caracterizó a nuestro protagonista.

 

Rodo fue un fierrero nato, desde su aparición, desde el aporte a su familia, a sus hijos, a la alegría de compartir, siempre afable, siempre con una sonrisa, llevando su humanidad a donde se lo necesitara y si es amigo mejor, pero si no es muy allegado no importa, Rodo siempre estuvo.

 

La calle de boxes será distinta en el futuro porque faltarán muchos y entre ellos esta figura en algunos casos patriarcal para varios, maestro para otros, amigo para la mayoría, reconocido como brillante en su trabajo, y con un entusiasmo que no supo nunca de claudicar o de dejarse estar, como lo venía haciendo en los últimos tiempos con la familia Hindie, demostrando lo que sabía y el cariño que siempre le puso a su labor.

 

Su amor por los motores, su pasión por la mecánica y su notable voluntad para hacer cosas, hicieron del personaje alguien muy querido por todos y me incluyo, y por ello este sentimiento de casi angustia que le llena el alma y el cuerpo a uno, por eso este recuerdo con sabor a nostalgia, a risas compartidas, a charlas serias y formales, siempre de fierros.

 

Sus historias con el cuarto de milla, con la TC5000, en el Stock y en los tiempos que corrían hasta hace un año atrás, con la 1300, metido de cabeza en el armado de esos motores como si se le fuera la vida en ello, pero se le fue por otra causa.

 

Se fue Rodo y con él hemos perdido otro habitante de los boxes del autódromo, otro bicho raro como algunos creen que somos, otro entrañable amigo que ya no saludaremos mas los que quedamos, cuando llegando a la mañana nos acercamos para tratar de saludar a todos y de charlar con todos.

 

Ahora no estará Rodo”

 

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