Río Gallegos sigue padeciendo un golpe tras otro. En esta oportunidad, en el ambiente deportivo porque Pablo “Huevo” Villegas falleció en Buenos Aires, tras una larga enfermedad.

 

No solo era un apasionado por los fierros sino que, a partir de su irreparable lesión y luego de quedar en silla de ruedas, probó otros desafíos como jugar al básquet adaptado con CRiGal, en donde supo destacarse.

 

No era algo que lo apasionara de igual manera pero consiguió hacer algo que lo mantenía ocupado y entretenido.

 

Arriba de un auto. Su pasión. De conducir, a hacer ploteos.

Dejó la competencia donde cosechó grandes y buenos amigos y se enfocó en el ploteo de autos de carrera.

 

En su taller, también consiguió que le armaron una bicicleta con la que daba vueltas por el velódromo e incluso, fue hasta la virgen de Güer Aike.

 

Adaptó su vehículo y también un karting, no era raro verlo los días de competencia en el autódromo José Muñiz.

 

Buscando, investigando y leyendo mucho, conoció a “Gatito” Miño, el piloto que con la misma condición, consiguió volver a correr a nivel nacional tras años de espera por la autorización.

 

En el karting adaptado en el que supo dar vueltas, tras el accidente.

La idea caló hondo en “Huevo”, y juntó plata hasta que consiguió un “Toro”. Practicó por horas, salir del habitáculo en 14 segundos.

 

La pandemia no sólo frenó su trabajo sino que contrajo un cáncer de vejiga, que después de esperar, pudo tratar en Buenos Aires donde estaba derivado.

 

Por las imágenes que compartía en las redes sociales, se lo veía más delgado pero por lo que escribía, mantenía ese humor particular.

 

Hasta que se cuerpo no pudo más. Su partida golpeó a todos, así como también otra reciente en el mundo tuerca, la del motorista Rodolfo “Rodo” Giurgiovich.

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