Los despidos en diversos sectores, la pérdida del poder adquisitivo en manos de la inflación que no baja y el uso de armas de fuego, generaron el cóctel explosivo para que hubiera un incremento de la violencia en los hechos de inseguridad. Con opiniones distintas entre las autoridades provinciales y de la Jefatura de Policía, no se encuentra una solución más que la prevención.

* Por Martín Muñoz Quesada

En los primeros días de mayo las declaraciones del jefe de Policía de Buenos Aires, Fabián Perroni, generaron un revuelo a nivel nacional luego de que admitiera que la crisis en la que se encuentra la Argentina afecta directamente a la crecida en los hechos de inseguridad.

Tales declaraciones fueron acompañadas por el jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, quien indicó que su par estaba en lo correcto y reavivó la polémica, indicando que “hay una situación social que hace que la persona que tiene la necesidad de comer, termine cometiendo delitos, lo que hace que el delito aumente” y agregó: “hay un problema social, que es obvio”. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, debió salir a dar explicaciones a la prensa y criticó las declaraciones de los titulares de la Bonaerense y Federal tildándolas de “poco felices”.

Esta situación no pasó desapercibida en los despachos de los funcionarios de nuestra provincia y se encendieron las alarmas en Casa de Gobierno.

Por ello, fue en la última reunión entre directores generales de la Policía, el superintendente de Seguridad, Dante Abboud, y el secretario de Seguridad, Lisandro de La Torre, cuando el ministro de Gobierno Fernando Basanta tomó la posta y comentó a los presentes sobre el aumento de la violencia de los hechos de inseguridad indicando que hay que poner el ojo a esta situación más allá de los trabajos de prevención a los que “debe apuntar la Policía”, tal como lo explicó la gobernadora hace unos días en un acto de la Escuela de Policía.

La Opinión Austral pudo saber que una de las zonas más complicadas respecto del incremento de la violencia en los hechos de inseguridad en nuestra provincia es Caleta Olivia, aunque no es noticia nueva. La Zona Norte de nuestra provincia siempre ha sido un dolor de cabeza para las autoridades policiales. Sin ir más lejos, en los últimos tres años han pasado tres directores generales de la Policía y hasta el momento no se han encontrado herramientas para poder tranquilizar la situación.

Sin desmerecer el trabajo de las fuerzas policiales, ni la preocupación de las autoridades provinciales, el envío de refuerzos realizado en octubre del año pasado no habría sido suficiente para que los delitos mermen en Zona Norte.

Autoridades policiales indicaron que uno de los mayores problemas que afecta a la zona es la falta de trabajo, tratándose de una zona petrolera que en los últimos tiempos trabajadores perdieron su trabajo del sector, la pérdida del poder adquisitivo por culpa de la inflación, y cierta especulación por un futuro lleno de incertidumbre, generó el cóctel explosivo para que hoy la Zona Norte de la provincia parezca una película del lejano oeste.

El comisario Carlos Bordón, director general de la Regional Norte, contó cómo es la situación indicando, en primer término, que muchos de los malvivientes que son apresados son jóvenes que se quedaron sin trabajo, y no solamente del sector petrolero, sino que, en algunos casos eran jóvenes que trabajaban en alguna pyme y por cuestiones propias de esas pequeñas empresas, fueron despedidos. “Quizás no sea tanto por el tema del hambre, pero en muchos casos, el chico que ahora se quedó sin trabajo, no tiene para comprarse su droga y hace lo imposible para conseguir plata para eso”.

Hace unos días Bordón también contó a los medios locales que “hubo un incremento de los hechos violentos con armas de fuego y contra la propiedad en Caleta Olivia y los relacionó con la difícil situación económica y el aumento de la desocupación. En esa línea, marcó que en algunos casos el delincuente busca darle sustento a su familia, aunque no en todos”.

Los hechos no solamente se concentran en Caleta Olivia, sino que guardan estrecha relación con las ciudades vecinas de Las Heras, Pico Truncado, y la localidad de Comodoro Rivadavia. “Es común que en muchos casos las personas aprehendidas en su momento, también hayan sido detenidas en otras localidades, así como muchos trabajan en alguna ciudad y viven en otras, los delincuentes roban en un lugar y se refugian en otro”, dijo Bordón.

Ahora bien, existe una contradicción, o por lo menos algo que no quedó muy claro. El miércoles pasado, el jefe de la Policía Provincial, comisario general (r) José Luis Cortés, visitó los estudios de Radio LU12 AM680 y dijo que para él, las posturas de los jefes de la Federal, Buenos Aires, y de la Regional Norte, respecto de la falta del trabajo son “posturas personales” y que para él no guardan relación. Aunque, respaldó a Bordón diciendo que la Zona Norte de Santa Cruz es la más difícil en materia de seguridad, “En estas localidades es donde tenemos hechos resonantes con utilización de armas de fuego, que son los que a la gente y al ciudadano común les trae ruido, cosa que acá en Zona Centro y Sur habitualmente no se ven”.

Si bien este tipo de casos ha crecido en el último tiempo, Cortés aseguró que de las estadísticas de la fuerza no se desprenden incrementos en el índice delictivo y que este “se mantiene, e incluso en algunas ciudades disminuyó”, aunque admitió que en Zona Norte ahora hay más hechos con armas de fuego, “algo que habitualmente antes no había”.

El jefe de la Policía Provincial además se refirió sobre la proximidad de Comodoro -ciudad chubutense con mucha inseguridad- con Caleta, dijo que en alguna ocasión en la ciudad de El Gorosito hubo “algunos barrios complicados”, pero que “en la provincia no hay un lugar al que no podamos entrar, y las fuerzas entran en todos los lugares a brindar la seguridad que se merecen los ciudadanos”.

No todo debe recaer en la Policía, en los últimos tiempos, las fuerzas de seguridad pudieron desbaratar una banda de delincuentes que se hacían pasar por policías en la ciudad de Caleta Olivia. El problema fue que todos quedaron en libertad porque, para la Justicia, no habría pruebas suficientes para mantenerlos entre las rejas.

Esto deja al descubierto las declaraciones de Cortés cuando dijo que para desbaratar a esa banda: “Fue la gente de Investigaciones e hizo un trabajo muy respetable acompañando al Juzgado de Instrucción y se detuvo a bandas que operaban, y los delincuentes que actuaban en esos robos están presos. Eso nos da la tranquilidad que vamos por el buen camino”. Si bien es innegable el buen accionar policial, los delincuentes sólo fijaron domicilio y hoy se encuentran en libertad.

Si bien en ese caso en particular se secuestraron armas, los hechos de seguridad con armas de fuego no cesan. Bordón contó a este medio que es común que la gente tenga armas de fuego y marcó una diferencia con el resto de la provincia, “acá tenemos casos con armas de fuego, en cambio en Río Gallegos, lo hemos visto que, cuando incluso hay amenazas calificadas se realizan grandes procedimientos”, dijo en relación a unos allanamientos realizados por la Policía local hace unas semanas en un departamento del barrio APAP de nuestra ciudad, y posterior detención de un usuario de arma de fuego en momentos en los que intentaba cobrar una deuda en un complejo habitacional de la calle Córdoba de nuestra ciudad capital.

Volviendo al quid principal de este informe, el martes en la noche se registró un hecho de inseguridad con arma de fuego que tenía como finalidad cobrar una deuda, dejando al desnudo que la desesperación por la falta de dinero lleva a la gente a tomar medidas drásticas.

El hecho generó revuelo y alertó a las autoridades, cuando se supo que una persona terminó herida de bala en momentos en los que fue a cobrar una deuda a “La Saladita”, un local comercial ubicado en la calle Zapiola al 1000.

Si bien hubo personas detenidas y el arma secuestrada, hasta el momento todo se ata con alambre y sólo se trabaja en cuestiones “de prevención” y no se buscan soluciones de fondo con políticas públicas que ayuden a mermar esta situación.

En Caleta Olivia liberaron a cinco sospechosos
de ser una banda de “falsos policías”.

Para Cortés, a diferencia de Basanta y Bordón, no subió la tasa de hechos de inseguridad.

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