Dos personas que el año pasado fueron condenadas por dedicarse a la venta de estupefacientes requirieron la prisión domiciliaria, dando como fundamento la pandemia COVID-19.

Se trata de dos hombres oriundos de la República Dominicana, que integraban una banda que comercializaba droga en la Zona Norte de la provincia. La totalidad de sus integrantes (siete) fue condenada en el juicio de junio del 2019.

El Tribunal Oral Federal de Santa Cruz resolvió denegar el pedido de excarcelación requerido por las defensas de ambos, en virtud de no estar ninguno de los dos comprendido en el Grupo de Riesgo, “ni estar acreditada ninguna situación de riesgo para su salud”.

Uno de ellos era el cabecilla de la banda que fue desbaratada en 2017: Carlos Vargas Lorean, más conocido como “Pope”. El otro, uno de sus secuaces, Henrry Rosario. Ambos están alojados en la Unidad 15 del Servicio Penitenciario Federal, en Río Gallegos. El primero fue condenado a siete años y el segundo a cinco años de prisión.

Es de recordar que en 2017, tras una investigación de la Policía Federal, desbarataron la banda que integraban y que operaba en toda la Zona Norte de la provincia. Les incautaron unos dos kilos de cocaína, $ 600 mil en efectivo y armas de distinto calibre.

Según consta en el fallo, Vargas Lorean tiene una hipertensión leve pero está medicado con enalapril 10 mg., por tanto no pertenece al grupo vulnerable “según los criterios establecidos para la clasificación de riesgo”. En tanto, Henrry posee hipertensión arterial y diabetes tipo II, pero se encuentra “compensado con metformina”. Sólo los diabéticos tipo I, insulinodependientes, integran el grupo de riesgo, se aclaró.

A la otra “jefa”, también

Quien también requirió la domiciliaria fue la pareja de “Pope”, Ivett Pujol. Ella está alojada en la Comisaría Tercera. Para la Justicia tuvo un alto grado de involucramiento en la banda delictiva y le dieron seis años de prisión. Su pedido igualmente fue denegado.

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