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Este miércoles volvió a fracasar una nueva instancia de diálogo entre el gobierno nacional, los gremios y las cámaras empresariales del sector pesquero congelador. La audiencia, celebrada en la Secretaría de Trabajo de la Nación, finalizó a menos de dos horas de iniciada, cuando los representantes del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) decidieran abandonar la negociación, al rechazar la propuesta presentada por el sector empresario.

Durante el encuentro, las cámaras plantearon una propuesta acordada previamente con el Ministerio de Capital Humano. Incluía la posibilidad de que el 70% del salario se liquidara como no remunerativo, con el objetivo de generar alivio fiscal para las empresas y un mejor sueldo de bolsillo para la marinería.
Pero el punto más conflictivo fue la propuesta de aplicar un tipo de cambio diferencial para la liquidación de salarios por producción, lo que implicaría una reducción indirecta del ingreso real de los tripulantes, sin modificar el esquema de producción.

La parálisis de la flota pesquera, impacta cada vez más fuerte en las localidades portuarias.

Desde el SOMU, si bien aceptaron discutir en el esquema no remunerativo, rechazaron de plano el valor de dólar propuesto por las cámaras. Calificaron la maniobra como una “baja encubierta de salarios” y denunciaron que, tras ceder en varios puntos, las empresas pretendían “dibujar” la liquidación final con un tipo de cambio ficticio que perjudica directamente a los trabajadores.

Tras explicitar el rechazo, los dirigentes del SOMU, encabezado por su secretario general Raúl Durdos, se retiraron de la mesa de negociación. Con ello provocaron la cancelación del encuentro, ante la imposibilidad de lograr avances.

Las autoridades laborales expresaron su malestar. “La situación del sector es grave. Las cámaras accedieron a morigerar el impacto inicial, pero no hubo apertura al diálogo por parte del gremio”, publica Pescaré, en base a fuentes del Ministerio de Capital Humano.

Por otra parte, aunque los gobernadores Claudio Vidal e Ignacio Torres no participaron en este nuevo encuentro, sí lo hicieron los intendentes Juan Raúl Martínez, de Puerto Deseado, y Gustavo Sastre, de Puerto Madryn. Ambos se retiraron visiblemente preocupados y advirtieron sobre el impacto económico y social que la parálisis del sector está generando en sus comunidades. “Puerto Deseado vive de la pesca. No podemos permitir más dilaciones”, reiteró Martínez.

Qué propusieron las Cámaras

Las cámaras se habían comprometido en la reunión del martes a llevar una nueva propuesta para destrabar el conflicto. La misma fue consensuada, en forma previa, con las autoridades nacionales, sobre todo para avanzar en la transformación de parte del sueldo en no remunerativo “en forma transitoria”.

Las empresas aceptaron el pedido de los gremios de que el incremento del sueldo básico se ajuste por IPC, respetando la liquidación del aguinaldo y no avanzar en cambios en la licencia temporaria. A cambio pidieron reducir el monto que se paga “por ropa de trabajo” de $750 mil a $100 mil y modificar el valor del dólar para el cálculo del salario por producción.

Este último punto es el que más controversias sigue generando. Originalmente las empresas pretendías que hubiera una reducción del 30% en el sueldo de producción. Este martes plantearon que, en base a las medidas de alivio fiscal ofrecidas por las autoridades, la rebaja, a partir de un valor fijo de conversión del dólar, esa baja estaría en torno al 17% ,

Pero esto generó fuerte rechazo de los gremios, ya que el tipo de cambio del dólar que pretenden pagar las empresas es de $825, cuando el dólar mayorista hoy promedia los $1.180.

En el centro de la imágen, Raúl Durdos (SOMU) rechazó de plano la propuesta. A la derecha el intendente Juan Martínez, preocupado por la falta de acuerdo.

Rechazo unánime

La decisión de los gremios fue unánime en rechazar estos valores. Pero mostraron reacciones diferentes sobre la negociación. Mientras los sindicatos que representan a la oficialidad mostraron predisposición a seguir reunidos discutiendo hasta llegar a un acuerdo, el SOMU decidió levantarse. “No entienden que no estamos dispuestos a bajar un peso“, dijeron sus dirigentes al retirarse.

Poco después hubo un comunicado de la Federación de Sindicatos del Mar (Fe.Si.Ma.F). Allí afirmaron que el fracaso de la reunión “estuvo motivada, pura y exclusivamente, en la intransigencia total de las Cámaras Empresarias en buscar una solución que no implique una disminución de la retribución de persona embarcado”.

Sobre el planteo de las empresas en Trabajo, señalaron que hubo un rechazo “unánime” por parte de todas las entidades gremiales por la pretensión de fijar el valor de referencia del dólar para la liquidación a $825 por dólar. “En pocas palabras: el mismo perro con distinto collar“. Al tiempo que volvieron a arremeter contra el sector empresarial acusándolos de “inflexibilidad, obstinación y empecinamiento en tomar como variable de ajuste al salario de los trabajadores”.

Eduardo Boeiro (izquierda) en diálogo con el intendente Gustavo Sastre (derecha).

Acusaciónes cruzadas

Las empresas también denunciaron la intransigencia de los gremios. Eduardo Boiero, presidente de CAPECA y vocero del sector empresario, señaló que “la reunión ha sido un rotundo fracaso”.

Al referirse a la nueva propuesta presentada indicó que “incorporando la propuesta de la Secretaría de Trabajo de mantener como no remunerativa una parte del sueldo, hicimos una primera propuesta de establecer un tipo de cambio fijo a valores actuales que dejaría la rebaja en un 17%; pero el SOMU no quiso comenzar a dialogar con esa base y se fueron”.

Para Fernando Alvarez Castellano, CEO de Conarpesa, cree que están siendo objeto de decisiones que exceden al gremio en una disputa política, que se les volverá en contra con los propios marineros. “Realmente me da la impresión de que ya no es un tema del SOMU, está por encima”.

Defendió la propuesta empresarial, la que “corrigiendo el alivio fiscal más un dólar de otro valor, no tocamos los valores (en dólares) de producción. Realmente la baja respecto al año pasado es menos de un 10%, o sea, cada vez es menos y si le quito el 4% de aporte sindical ya es un 6%, imagínate. Estamos cerca, pero no quieren saber nada“, enfatizó.

La actividad langostinera en jaque por el conflicto entre empresas y el gremio.

Zafra en franco peligro

La temporada en aguas nacionales ya lleva demorada, en su inicio, en casi 30 días. la flota tangonera totalmente detenida (sólo un barco sale a pescar en la actualidad), cientos de trabajadores sin poder embarcar, y parálisis en la actividad de los puertos, chocan con un conflicto pesquero que sigue con las tensiones cada vez más fuertes.

Mientras trabajadores en Puerto Madryn se organizan para renovar las protestas y cortes de ruta, la posicion de las empresas sigue firme.
La zafra del langostino debería haber empezado a fines de mayo. La próxima audiencia para intentar llegar a un acuerdo, fue fijada para la semana que viene, el miércoles 25 de junio. Para esa fecha se estarán pisando los 30 días sin salir al mar.

Considerando que la zafra apenas dura 100 días, la pérdida de casi un tercio de las mareas será determinante para los resultados económicos de la temporada.

Otros coletazos

Desde este 18 de junio se lleva adelante la prospección del langostino, en cuatro subáreas del Mar Argentino, de jurisdicción nacional frente a las costas de Chubut. La misma se realiza con ocho barcos fresqueros (cuatro para las subáreas 4 y 5 y otros cuatro para las subáreas 13 y 14).

La realización de esta prospección permitiría habilitar las zonas para la pesca del langostino, que podrían aprovechar tanto los fresqueros como los congeladores.

Pero, a su vez, la flota fresquera transita una audiencia de conciliación y si la misma fracasa, podría volver a paralizarse la flota, afectando no sólo la pesca del langostino, sino también la de la merluza y otras especies. Algo que da cuenta de que el conflicto pesquero aún tiene final incierto.

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