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El relato de Gisela Carrizo estremeció las redes sociales. Con fotos y videos como prueba, describió cómo su hermana menor fue brutalmente agredida por su pareja, T. Oyarzo, en un episodio que trascendió lo privado para convertirse en un nuevo caso testigo de la violencia machista.

Todo ocurrió el miércoles por la tarde en un barrio de Comodoro. Dentro del auto, Oyarzo habría descargado su furia a golpes contra Camila, quien, con su hija en brazos, solo atinó a proteger a la pequeña mientras recibía los impactos. La escena terminó con la mujer siendo empujada del vehículo junto a la bebé, ambas cayendo al suelo en medio de una esquina del barrio Standard, visiblemente lastimadas y ensangrentadas.

Una vecina las ayudó a levantarse y las auxilió“, relató Gisela, destacando el papel clave de los testigos en este tipo de situaciones. Las imágenes adjuntas en la publicación muestran el rostro desfigurado de Camila, con el tabique fracturado, la boca inflamada y moretones por todo el cuerpo. La mochila de la bebé, manchada de sangre, se convirtió en el símbolo del horror vivido.

Lo más indignante, según la denuncia, es que el agresor –quien se desempeña como instructor de taekwondo para niños– habría continuado con su rutina como si nada hubiera ocurrido, dando clases horas después del ataque

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