Andrea Suárez vive en El Calafate y juega al hockey. Entre partidos que retomó luego del tiempo que le dedicó a la primera etapa de maternidad, decidió ponerse al frente de una cruzada que puede transformarse en algo realmente grande: “Ser el primer club construido por el pueblo”.
Se considera “experta en iniciar las cosas desde cero” y confía en que su mensaje movilizará a la comunidad toda.
Sus redes sociales fueron el primer recurso para hacer pública su historia y su intención. Necesita que la mayor cantidad de personas se detenga unos minutos para leer y conocer detalles de una situación que poco a poco deja atrás grandes obstáculos.
“Agradezco el interés por el contacto, porque me da muchísima esperanza para poder lograr nuestro sueño”, dijo a La Opinión Austral.
“Trabajamos con muchos chicos, todos de familias humildes, y la verdad que es super necesario tener un lugar para contenerlos haciendo un deporte y que no se los lleve la calle”, señaló.
A la vez que confía en que “aparecerán grandes colaboradores para apoyarnos. Ojalá llegue a muchísimos lados nuestro mensaje”.
La propuesta consiste en que cada habitante de la localidad turística aporte una suma de dinero que se destinará al proyecto en marcha.
El mensaje
“Quería contarles que hoy soy cabeza de familia, como lo he sido más de la mitad de mi vida. Hablo de ser presidente del club, el de siempre, el de hockey, el que hace poquito cumplió 25 años y, los que somos parte de él aún no comprendemos cómo es que no tenemos un espacio propio”, inicia su mensaje en redes. “Me había alejado un tiempo, fui mamá, la bebé creció y no me voy a olvidar nunca el día que quise que mi niña, la más pequeña, hiciera hockey, porque pregunté y resultó ser que no había escuelita”.
Calafate Hockey es el club que se encontraba en una situación de la que necesitaba recuperarse y decidió ponerse al frente. Quedó atrás la etapa de la comisión normalizadora y “actualmente tenemos todos los papeles en regla, incluyendo la Personería Jurídica”, una herramienta necesaria para que le cumplan la promesa de habilitarle un terreno.
Actualmente, el club cuenta con 60 jugadores entre todas las categorías, “volvimos a ser una familia enorme y necesitamos casa”. Conocé la realidad de cada uno de los jugadores y su entorno, “todos pertenecen a familias trabajadoras y están dispuestos a ayudar siempre”.
La campaña
“El Calafate siempre me ayudó y hoy quiero pedirles un esfuerzo más, si los 30.000 habitantes donaran $ 2.000 a la cuenta del club, compramos terreno y hacemos el tinglado con platea y piso para que los chicos entrenen en la superficie de su disciplina”. Para finalizar, destacó el respaldo de las familias con las que comparte la idea de que la campaña puede ser difícil, pero no imposible.
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