El título de gran maestro es otorgado por la Federación Internacional a jugadores que alcanzan determinado nivel de excelencia, el más alto al que puede aspirar un ajedrecista.

Robert Hungaski nació en Estados Unidos el 8 de diciembre de 1987, su madre es de Río Gallegos y por varios años estuvo en Santa Cruz. Su dirección actual está en Nueva York. Volvió al sur para acompañar a su abuelo y la pandemia lo retuvo.

Comenzó jugando en la escuela primaria, luego en torneos nacionales, internacionales y hoy vive de esto, como entrenador de la selección nacional juvenil de Estados Unidos. Actualmente es uno de los integrantes del equipo de Ajedrez Santa Cruz, para quienes es un honor contar con su presencia.

Sobre estos temas habló con La Opinión Austral, en forma exclusiva.

LOA: ¿Cómo te metiste en el mundo del ajedrez y cuál fue tu primer tablero?

RH: Mi primer recuerdo con el ajedrez es de cuando tenía 6 años. Mi maestra de 1° había traído unos juegos y nos enseñó las reglas. Le escribió a mi mamá en el cuaderno de comunicaciones sobre mi interés y le recomendó que tomara clases en algún club.

LOA: ¿Cómo llegó la confianza?

RH: Cuando uno empieza a jugar, lo hace con otros compañeros que están en condiciones similares. Supongo que de los chicos que estaban en mi grupo, habré ganado más partidas de las que perdí y de allí mi entusiasmo. Me uní al Club Argentino de Ajedrez y comencé a participar en torneos escolares, perdí y eso me desanimó. La experiencia hizo que me alejara por algunos años. Cuando ya estaba un poco más maduro, volví.

LOA: ¿Maestros te influenciaron?

RH: Ninguno en particular. Lo que más me impactó de chico eran los torneos. El primer gran torneo que presencié fue el Festival Najdorf en Ciudad de Buenos Aires. Consistía de tres etapas: primero, una serie de torneos abiertos donde cualquiera podía participar y clasificar a la segunda etapa, que era de knockout. Los finalistas clasificaban a la gran final, donde estaban invitados algunos de los mejores del mundo (Karpov, Short, Polgar, etc.). Fue un evento maravilloso, uno podía ilusionarse con empezar de la nada y terminar jugando codo a codo con las leyendas del ajedrez.

Mi hobby ha sido perfeccionar mis habilidades en simultáneas a ciegas

LOA: ¿Te gustan las simultáneas?

RH: Existen exhibiciones simultáneas, pero nunca me llamaron mucho la atención. Mi hobby, si es que así puede llamarse, ha sido perfeccionar mis habilidades en las simultáneas a ciegas. Es prácticamente lo mismo, pero con los ojos vendados. Es posible que tenga algunos beneficios, pero más que nada es algo que comencé a explorar como un espectáculo. Antes de la pandemia mi objetivo era hacer una de estas exhibiciones en cada provincia. Lo hice en 6 provincias solamente.

LOA: ¿Te convocan de todos lados?

RH: Hoy en día yo me considero más entrenador que jugador. Actualmente soy uno de los entrenadores del seleccionado juvenil de Estados Unidos y todos los años acompaño a la delegación a los campeonatos panamericanos y mundiales. En cuanto a la competencia, soy menos convocado, pero aún mantengo un calendario de torneos a lo largo del año.

LOA: ¿Cómo llegás al Ajedrez SC?

RH: Aunque yo nací en Estados Unidos, todo el lado materno de mi familia es oriundo de Río Gallegos. De hecho, yo me vine a vivir aquí al año de haber nacido y estuve hasta los cuatro. Luego me fui a vivir con mi mamá a Ciudad de Buenos Aires, pero siempre mantuve un lazo estrecho.

En el año 2015 volví a radicarme en Gallegos para acompañar a mi abuelo, aunque mis obligaciones aún me exigen viajar mucho. Por lo tanto, siempre estoy en contacto con las iniciativas relacionadas al ajedrez en Río Gallegos.

 

Primer grado: un juego que se volvió competitivo.

LOA: ¿Por qué faltan mujeres?

RH: El ajedrez aún es una disciplina amateur si la comparamos con otras, como por ejemplo el tenis. Es una vida bastante sacrificada para aquellos que deciden jugar “profesionalmente”. Requiere una gran inversión de tiempo, energía y dinero que rara vez se ve recompensada en lo material.

Creo que no hay más mujeres en la alta competencia porque son más inteligentes y se dan cuenta de que no tiene sentido lo que hacemos. Lo digo medio en chiste, pero medio en serio también. Si uno mira las clases de nivel inicial, tanto en las escuelas como en los clubes, suele haber la misma proporción de niños y niñas.

Creo que no hay más mujeres en la alta competencia porque son más inteligentes

Por lo tanto, la caída de la participación femenina suele ocurrir más adelante, según he visto, cerca del final de la instancia primaria/comienzo de la secundaria.

¿A qué se debe esto?, más allá de las consideraciones materiales, uno también tiene que sumarle algunos estigmas sistémicos que se han creado en torno a la participación de las mujeres en el ambiente competitivo, como por ejemplo las categorías sólo para mujeres (donde los hombres no pueden participar). Algo que quizás tenga sentido en el tenis, pero que en el ajedrez no tiene lógica.

LOA: ¿Qué pasa con los tramposos?

RH: Pasan vergüenza aquellos que son detectados, los cuales son pocos. Pero sí, hoy en día la trampa es el principal problema que aqueja al ajedrez. Aquellos que son detectados, se convierten en parias del ambiente y muy probablemente no puedan (ni quieran) volver a presentarse en un torneo serio.

Con la pandemia, el ajedrez online ha proliferado mucho y con ello también la incidencia de aquellos que hacen trampa. Por suerte, los métodos de detección también están evolucionando y creo que vamos por el buen camino para erradicar este problema.

Hoy en día la trampa es el principal problema que aqueja al ajedrez.

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