En el año 2010, Natalia “Pepa” Gaitán fue asesinada a causa de un escopetazo por parte del padrastro de quien era su pareja.

 

Desde allí, el crimen se convirtió en un símbolo de lucha -cada 7 de marzo- para las mujeres lesbianas, ante un contexto de odio magnificado. La instancia tiene el objetivo de lograr mostrar y hacer conocer a la sociedad la realidad y los reclamos de este sector.

 

Pasaron 11 años de aquel brutal final para “Pepa”. Justamente en 2011 se llevó a cabo el juicio contra el asesino Torres, quien finalmente fue condenado a 14 años de prisión por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego.

 

Este crimen muestra el lesbodio internalizado en la sociedad

 

 

En ese momento, el Tribunal que lo juzgó negó haberse tratado de un crimen de odio. Natalia vivió en las afueras de la ciudad de Córdoba, donde era querida y respetada.

 

A sus 12 años, les contó a sus papás que le gustaban las mujeres y a los 14 presentó a su primera novia. Yamila, su hermana, contó al sitio El Destape: “Le encantaba ayudar a la gente. No importaba si era rico, pobre o clase media”.

 

 

En este contexto, con el lesbodio repitiéndose en el país, las mujeres que representan a tantas realidades reclaman un cambio de inmediato en las actual cultura patriarcal y heteronormativa, con el fin de detener la violencia machista que las convierte en objeto de burla y persecución, sumado al derecho a vivir sus sexualidades libremente.

 

Según integrantes de los colectivos, un principal objetivo es promover el desarrollo y facilitar el acceso gratuito a preservativos para personas con vulva, reforzando la prevención de enfermedades de transmisión sexual.

Transcurriendo un nuevo 7 de marzo, LOA dialogó junto a Roxana Rodríguez, directora de Diversidad y Género de Santa Cruz. En referencia a la fecha, comenzó: “Es un día muy importante, de lucha y visibilización”.

Enseguida, agregó: “La Pepa cargaba con los prejuicios de feminidad no estándar, eso, sumado al odio que genera salirse de la heteronorma, provocó semejante asesinato. Tiene que ver con el lesbodio internalizado en nuestra sociedad”.

 

 

Aunque no se cansaba de sufrir discriminación y odio, Natalia Gaitán le hacía frente a una sociedad que buscó apartarla. Más que nunca, es sumamente relevante poder recordar y celebrar su constante sufrimiento. Por eso es importante recordarla y celebrar su valentía.

 

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