La arremetida de la provincia de La Pampa, una vez más, para tratar de eliminar la barrera fitosanitaria que protege a la Patagonia del ingreso de plagas y la aftosa, puso en alerta a toda la región. El tema surgió en la reciente visita del presidente Alberto Fernández a un frigorífico pampeano. Ante el reclamo de los productores, el mandatario se comprometió a hablar con la gobernadora de Río Negro para ver el tema y ante la pregunta periodística al respecto, sostuvo que no era partidario de “fronteras” entre las provincias.

Esto no pasó desapercibido en Patagonia. Las entidades representativas del agro de Río Negro, Chubut y Santa Cruz emitieron un documento conjunto. Y advierten que esto ha “generado una enorme preocupación en los productores patagónicos, que con gran esfuerzo han mantenido sanitariamente la región patagónica fuera del flagelo de la fiebre aftosa”.

Recuerdan que en el país hay dos estatus sanitarios diferentes: desde el río Colorado hacia el sur, libre de aftosa y sin vacunación, y todo el resto del país con vacunación obligatoria. Esta situación es reconocida internacionalmente, al punto de abrirse nuevos mercados para nuestras carnes provenientes exclusivamente de la Patagonia, gracias a este estado sanitario.

Admiten los ruralistas que hace tiempo, desde La Pampa, “y sin razones técnicas que la acompañen”, se intenta introducir carne con hueso (en cualquiera de sus formas), “comprometiendo así la seguridad sanitaria y el riesgo del cierre inmediato de los mercados que sólo reconocen a la Patagonia como libre de fiebre aftosa y sin vacunación”.

Las entidades no buscaron confrontar con Alberto Fernández. En su documento, hablaron de “falta de información precisa” y el titular de la FIAS, uno de los firmantes, indicó en declaraciones radiales que “creo que lo tomaron desprevenido”. Pero de igual forma, acotaron que “sí nos preocupa el silencio de los organismos técnicos (SENASA) y el propio Ministerio de Agricultura y Ganadería” sobre el tema.

“No se trata de la existencia de aduanas interiores ni fronteras, se trata de estados sanitarios diferentes, que deben ser celosamente sostenidos hasta tanto el resto del país alcance la condición de libre de aftosa sin vacunación”, remarcaron.

Agregan que “los patagónicos hemos cuidado nuestra situación sanitaria de manera seria y responsable; es tiempo de ser respetados y valorados, poniendo el acento en resguardar lo bueno que se tiene y no arriesgando sin sentido el estado sanitario reconocido internacionalmente y los nuevos mercados, logrados con tantos esfuerzos público-privados”.

Pérdidas cuantiosas

“La Pampa hace muchos años viene intentando vender carne con hueso a la Patagonia. Tanto de vacunos como porcinos y ovinos”, sostuvo Miguel OByrne. Afirmó que para ellos “es un tema comercial”, cuando en realidad “es un tema netamente sanitario como lo expresaron en su momento las provincias patagónicas y el SENASA, cuando hace un par de años atrás se llegó, incluso, a presentar un proyecto en el Congreso para forzar la introducción de carne con hueso y logró ser desarticulado”.

El dirigente fue contundente: “Es una mala picardía que podría poner en riesgo todo el estado sanitario que tiene Patagonia no sólo en carne, sino en fruta. Fundamentalmente para la fruta de Río Negro es crucial”. Es una lucha de muchos años y “a la región le costó mucho que sea considerada distinta”, pero también resaltó que “ha permitido abrir mercados para toda la Argentina, como el caso de Japón y China”.

Hoy, sostuvo OByrne, “China es un gran comprador de asado, de pecho y garrones, productos relativamente baratos, y La Pampa ya estuvo exportando”. Agregó que este no es el mismo escenario que el de 2015, cuando no había tantos mercados externos dónde vender. “La Pampa no se va salvar con la Patagonia, cuando apenas aporta el 4% de la faena nacional”, sostuvo, lamentando que “prefieren poner a riesgo todo un esquema sanitario patagónico por unos pocos kilos de dos o tres frigoríficos”.

Funbapa

Hoy se reúne la Fundación de la Barrera Sanitaria de la Patagonia (FUNBAPA). La misma es la que maneja la barrera y articula su financiamiento. El tema no será ajeno a este encuentro, ya que de la fundación participan representantes del Ministerio de Agroindustria de la Nación, el SENASA, las provincias patagónicas, productores y empresas.

En este encuentro, pautado desde antes de que surgiera esta polémica, se abordarán varios temas “que tienen que ver con la sanidad patagónica: cómo mantener la barrera, cómo se financia”, explicó el presidente de la FIAS, quien aclaró que será también un ámbito adecuado para obtener definiciones por parte de las autoridades nacionales, ya que “las provincias han estado hablando entre sí” todo este tiempo.
Además marcó que eliminar la barrera sería provocar no sólo un retroceso para las carnes, sino “el derrumbe del negocio de la pera y la manzana, que en Río Negro se exporta el 70%”.

Mesa Ovina

La Mesa Ovina Nacional salió a terciar en la polémica. Defendió la existencia de la barrera fitosanitaria y recordó que eso fue lo que permitió “exportar carnes a países que exigen dicho estatus” sanitario y “abrir nuevos mercados, reportando importantes beneficios para la producción y a los habitantes de las provincias australes, así como el ingreso de divisas tan necesarias para la Argentina en estos difíciles momentos”.

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