El mes de junio comenzó con un brutal hecho de sangre en la localidad de Río Gallegos, cuando se supo que un joven de apenas 28 años de edad falleció tras ser abatido por la espalda, en manos de un empresario del barrio Del Carmen.
La víctima es Franco Cuevas, un joven que vivía en la esquina de French y Congreso, quien contaba con algunos delitos menores en su contra, como haber hurtado mercadería de uno de los kioscos del barrio mencionado, quien en la mañana del viernes encontró la muerte tras haber sido disparado en cuatro oportunidades con un arma de grueso calibre.

Por el caso se encuentra detenido Roberto Neil, un hombre de 41 años que no se resistió al arresto de las fuerzas de seguridad cuando ellas ingresaron a su agencia de autos ubicada en la calle French, a metros de la casa de Franco.
Para poder comprender las circunstancias en las que se produjo el hecho que está siendo investigado por la Justicia hay que remontarse en el tiempo hasta el año 1992, cuando Rosa Zúñiga, madre de Franco, compró la casa ubicada en la esquina antes mencionada.
Se trata de un terreno pequeño de no más de 70 metros cuadrados donde se asentó la familia, en el que actualmente viven siete personas entre mayores y menores de edad. Rosa echó raíces y es muy conocida en el barrio. Incluso algunos de sus familiares sentaron bases apenas a pocas cuadras de su domicilio.
Rosa le había comprado la casa a un hombre de apellido Ortiz. Con el paso del tiempo, en un momento dado, el hombre murió y parte del terreno que había quedado para sus herederos quedó en sucesión. Uno de los familiares del fallecido reclamó el lugar y le dio el poder a la familia Neil.
En 2020 fueron notificados sobre un desalojo que se haría. Neil tenía pensado extender la agencia y para hacerlo, la familia debía abandonar el terreno. Sus integrantes se mantuvieron firmes en su postura. “Compramos legalmente la casa y nos vamos a quedar acá”, explicó Rosa en una transmisión en vivo de Facebook que hizo en enero de este año junto a su hermana.
El tiempo fue pasando y en las últimas horas Rosa nuevamente recibió una notificación que daba cuenta del desalojo. “Eso la angustió mucho, anoche (por el jueves) estuvo llorando y Franco la vio”, indicaron desde el círculo íntimo de la víctima sobre lo que pasó esta semana.
La noche terminó. En la mañana del viernes, Franco había ido a una carnicería ubicada a unos pocos metros a buscar vísceras para el perrito que tenía hace unos pocos meses. “Lo había encontrado en la calle y fue con él, primero a la carnicería y después a la agencia de autos”, dijeron vecinos de la zona que lo habían visto pasar.
En este punto fue cuando todo se volvió confuso y está en manos de la Justicia conocer qué pasó efectivamente dentro del edificio de la calle French.
Algunas versiones indican que Franco estaba en estado de ebriedad y que había ingresado con un arma a la concesionaria. Otras marcan que entró con un “caño” (aunque no se pudo determinar si se trataría de una tumbera o una pistola, tal como se dice en la jerga de la calle). Discutió con Neil y, en un momento dado, forcejearon y el arma cayó al suelo.
De acuerdo a la información recabada por La Opinión Austral, a través de fuentes policiales consultadas, se pudo establecer que se trataba de un revólver marca Smith&Wesson calibre .38 Special con su respectiva numeración. Un arma que en el mercado está valuada en un piso de 200 mil pesos, pero que puede llegar a valer hasta 350 mil.

Lo cierto es que Neil tomó el arma y efectuó cinco disparos. Cuatro dieron contra la humanidad de Franco y uno falló. De inmediato el joven cayó al suelo y perdió la vida. El hecho se registró en el sector izquierdo al fondo de la concesionaria, detrás de una camioneta que estaba siendo exhibida.
Los vecinos de la zona escucharon los disparos. “Jorge (uno de los familiares de Franco) dijo que mínimo escuchó cuatro tiros”, confiaron desde el círculo íntimo de la víctima a este diario. Ese hombre estaba al lado de la agencia al momento del luctuoso suceso.
En el caso interviene el personal de la Comisaría Segunda. Este fue el primero en llegar al lugar y redujo al empresario. Como se dijo más arriba, el hombre arrojó el arma unos metros adelante suyo, levantó los brazos, se arrodilló y se dejó colocar las esposas para luego ser llevado a la dependencia policial más cercana.
La noticia del homicidio comenzó a correr y en cuestión de minutos un importante número de personas se aglomeró alrededor de la agencia. Entre autoridades policiales y judiciales se encontraban los familiares de Franco, que no entendían qué pasaba.
Además de los agentes de la Comisaría Segunda, estuvieron presentes en el lugar efectivos del Comando de Patrullas para contener el perímetro. El Gabinete de Criminalística, con sus respectivos equipos de protección personal, comenzó a realizar las pericias en el lugar.
La jueza Marcela Quintana estuvo en el lugar de los hechos supervisando todo junto a José Antonio Chan, fiscal de instrucción. Además de los jefes de la Comisaría Segunda, comisarios Julio Álvarez y Aldo Encina, casi toda la cúpula policial se hizo presente, entre ellos el subjefe de Policía, comisario general Juan Carlos Guanes.

Una vez que se supo el triste desenlace de Franco, el clima en el ambiente se tensó. Sus seres queridos comenzaron a atacar el lugar a piedrazos, pero esto fue calmado cuando los policías y hasta la jueza Quintana se acercaron a ellos. “Nos dijo que lo más importante es conservar la escena del crimen”, dijo una familiar a este diario sobre los dichos de la magistrada.
Carla Cuevas, familiar de Franco, fue una de las que alzó la voz ante los medios tras conocer el homicidio. En la transmisión en vivo, que se encuentra disponible en el Facebook de La Opinión Austral y en www.laopinionaustral.com.ar, se puede ver a la acongojada mujer contando: “En 2020 compraron la casa de mi mamá. Estos tipos nos amenazan con sacarnos la casa. Ellos la compraron de mala fe”.
Las cámaras de seguridad serán fundamentales para determinar cómo fue la mecánica del hecho que terminó con la vida del joven. Según pudo saber este diario, hace una semana la empresa de internet que iba a trabajar en conjunto con el servicio de seguridad privada había realizado las instalaciones, pero se desconoce si al momento del homicidio estaban funcionando.
Neil, también conocido como “Tuiti”, fue trasladado a la dependencia de la Ameghino y, cumplidos los plazos legales, la Justicia dispuso que continuaradetenido. Como dato, al momento de las pericias se hizo presente una abogada que ha colaborado con él en litigios del pasado y posiblemente sea defensora en esta causa.
Rosa también habló con los medios una vez que se conoció la muerte de su hijo y prometió que la situación no iba a terminar con el homicidio. “Son unos hijos de p… estos. Me desperté hace rato y me despertó la Policía. Esto no va a quedar así. Mi hijo lo debería haber matado. No importa que estuviera mil años preso. Él nos estaba robando”. Por otro lado, desde el círculo íntimo de la víctima dijeron que no descartan realizar una movilización para exigir “justicia, es lo único que queremos como familia”, indicaron.
Lo cierto es que las primeras pericias en el lugar de los hechos se extendieron hasta entrada la tarde. Se aguarda por el resultado de la autopsia en los restos del joven que se hará en las próximas horas y una pericia fundamental: la del barrido electrónico en el brazo con el que Neil manipuló el revólver.
Un dato esencial para la causa que está dando sus primeros pasos es la numeración de la pistola. En la noche de ayer la Justicia había solicitado determinar de quién era la pistola, que ya fue secuestrada por Criminalística y se encuentra en una bolsa, a resguardo en la Comisaría Segunda de nuestra ciudad capital.
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