Por Juan I. Martínez Dodda

No es una tarea sencilla, pero tampoco imposible. Desde que en julio de 2019 la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación aprobó el Plan Nacional para el Manejo Sostenible del Guanaco (PNMSG) -a través de la resolución 243/2019- estableciendo un marco de políticas para promover la conservación y el uso sustentable de esta especie en todo el país. Desde entonces se ha avanzado a paso lento. La pandemia no ayudó en 2020.

Santa Cruz Produce reunió las voces de productores, frigoríficos, textiles y el propio presidente del Consejo Agrario Provincial, Javier De Urquiza, para analizar lo que se hizo y los desafíos que vienen.

El exceso de guanacos y su crecimiento poblacional desmedido los últimos 20 años está en el top-3 de los temas que más preocupan a los productores santacruceños. En estado salvaje, migrando de campo en campo y avanzando, los guanacos se comen el pasto que los ganaderos tienen para sus ovinos y bovinos.

Desde la declaración de protección (en 1995) se registró un crecimiento geométrico. En Santa Cruz la población de guanacos pasó de 245.000 en el año 2000 (dato INTA) a una estimación que supera los 2 millones en 2018 según la Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz (FIAS). Sólo en Santa Cruz está más del 70% de la población mundial de esta especie.

El 70% de la población de guanacos del país se encuentra en la provincia de Santa Cruz

Aunque las pruebas empezaron en 2018, en 2020 se realizaría la primera temporada (de mayo a septiembre) de aprovechamiento integral. Pero la pandemia se cruzó. Este año, tímidamente, algunos establecimientos hicieron trabajos, ya sea para esquila o de extracción.

“Después de tres años, el encierre, transporte y la parte del frigorífico están bastante aceitados, el desafío ahora, tanto para la fibra como para la carne, es el circuito de comercialización”, explicó De Urquiza a La Opinión Austral. Y agregó: “Se han dado primeros pasos en positivo, destinando la carne a platos gourmet, a una cocina más exigente ligada al turismo, aunque también se podría pensar en el consumo masivo, y la fibra a clientes que quieren primera calidad”.

Aclaró que se trabaja de forma “científica” y, antes de autorizar la extracción de animales, se realiza un cálculo sobre la población para establecer cuántos extraer. “La oferta está asegurada, y a través del programa se puede hacer un manejo sustentable”, valoró De Urquiza.

Visión de productor

Rodrigo García Patella, administrador de la Estancia Coy Aike (a 80 km de Río Gallegos), participa del programa. Marcó que “en el Parque Monte León se reproducen sin control y después salen para cualquier lado, vienen por la costa y se van metiendo en nuestros campos”, señaló.

La logística para encerrarlos es diferente a la habitual. “Son animales impredecibles, hay que armar corrales de dos metros de altura, y un circuito de mangas y corrales de espera hasta el de carga”.

Y agregó “necesitamos un equipo de 12 personas y dos días -uno de preparación de corrales y otro de corridas- para encerrar 250 guanacos, no es fácil, tampoco imposible”, contó el ganadero.

En su experiencia lograron cargar dos jaulas para el frigorífico que rindieron 17 kilos la media res (34 kg por animal).
“Esto fue una primera prueba, tenemos que bajar la densidad del guanaco para lograr un equilibrio”, dijo en referencia a la carga que esos animales realizan sobre los pastizales que también alimentan a bovinos y ovinos.

El frigorífico

La carne y la fibra son los dos valores principales que tiene el guanaco una vez atrapado y hecha la operatoria a campo. Las perspectivas para ambos negocios son buenas, pero hay que trabajar mucho en la difusión.

La propuesta, a partir del manejo sustentable, es comercializar de manera certificada y llevarlo al circuito turístico, incluso, como una especie emblemática de Argentina en general, y en Santa Cruz en particular (recordemos que el 95% de las existencias de guanaco del mundo están en el país).

En 2018, se hizo una prueba piloto con el frigorífico Faimali, de Río Gallegos, y se exportaron 20 toneladas de carne de guanaco sin hueso a Bélgica. En 2021 también faenaron frigorífico Montecarlo y Estancias de Patagonia.

“Hemos obtenido 12 toneladas de carne siguiendo la recomendación de los cortes que necesitan los cocineros, empaquetados al vacío y congelados”, contó a SCP Álvaro Sánchez Noya, quien preside Estancias de Patagonia, por ahora, la única planta habilitada para tránsito federal. Los principales productos obtenidos son lomo y bife, y se venden a un precio similar al vacuno.

Se logró colocar el producto en Santa Cruz y en Buenos Aires, para el resto del país venimos demorados porque faltan aprobaciones para ingresar a otras provincias y de ahí hacer el circuito”, contó Sánchez Noya.

Provincias como La Pampa, Mendoza, Chubut, Río Negro, no permiten su comercialización porque lo tienen declarado en extinción. Pese a que la carne proviene de una provincia donde los guanacos abundan.

“Hicimos una apuesta en apoyo al programa, no vivimos de esto, pero vemos una posibilidad de apoyar al productor en el control de la población de guanacos y que, a la vez, sea un recurso económico”.

Sobre la carne dijo, “los hoteles y restaurantes nos piden continuidad, sabemos que materia prima hay, es una oportunidad para Santa Cruz, que es la única provincia por ahora que produce”, dijo Sánchez Noya.

Poder textil

“La fibra es la vedette del guanaco”, disparó un empresario textil que prefiere reservar su nombre en diálogo con SCP. “Las mejores fibras del mundo están en el país: la vicuña que es la más cara, el guanaco la segunda, el cashmere -de cabra-, la propia lana, pero ninguna fibra argentina es reconocida como la fibra nacional”, opinó el textil.

“En vicuña nos ganaron los peruanos, la llama es sinónimo de Bolivia, y hasta en la lana casi siempre sufrimos descuentos, por eso pienso que el guanaco, que vive casi exclusivamente en nuestro país, y hay millones, si le encontramos la salida comercial puede incluso hasta ser un vector de venta para todo el resto de las fibras argentinas”.

La idea es que los productores puedan ver al guanaco como un recurso, no como un enemigo”, sentenció el empresario textil. Hoy la fibra de guanaco se vende a USD 100 por kilo, eso la ubica segunda detrás de la vicuña, que se paga USD 400.

La fibra del guanaco cotiza a USD 100/kilo, la segunda más cara del mundo

Cree el empresario que en 5-7 años esa fibra sucia-depurada podría exportarse a USD 200 y la descerdada que hoy se paga USD 300 podría tocar los USD 600 por kilo.

“Para lograr esos precios hay que trabajar en calidad de esquila, constancia y previsibilidad como proveedores, porque si convencés a las mejores hilanderías del mundo de incorporar el guanaco en sus colecciones después no podés fallarles”. Y recordó:

“Hace 10 años era una expresión de deseo, hoy hay un negocio real, en formato empresa-industria, no una prueba piloto. El 2021 fue el destape, 2022, va a explotar más”.

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