Luego de que este miércoles el intendente de El Calafate, la ciudad más rica de Santa Cruz, anunciara con bombos y platillos un aumento del 40% para los trabajadores y trabajadoras municipales, jefes comunales de otros distritos manifestaron su descontento.

No es para menos, la cifra pone alta la vara luego de un año de recaudación jibarizada por la cuarentena, pero sobre todo los demás dirigentes entienden que genera malestar entre los trabajadores y trabajadoras que, en comparación, podrían discutir ofertas magras.

“Hoy cerramos paritarias con el SOEM. Sabemos que la situación actual es difícil, por lo que como Municipio estamos realizando el mayor de los esfuerzos, que implicará un aumento de 40%. El 30% para fines de marzo y el otro 10% para agosto”, fue el anuncio del propio Belloni en sus redes, rematando con que “un agente que recién se inicia en este municipio pasará a cobrar $ 50.000 + ítems”.

La noticia fue tomada por sus colegas como un gesto de ostentación, en un contexto en el que varios municipios recién están terminando de pagar los aumentos pactados el año pasado.

 

 

Amarrocando intereses

El primero en fustigar al calafatense fue su par de Puerto Deseado, Gustavo “Kaky” González, quien redobló la apuesta y con una certera chicana lo acusó de haberse quedado “corto” con el 40%, ya que Belloni “tiene un plazo fijo millonario”.

Según dijo a Radio Urbana, “Calafate ha marcado la diferencia con el resto de las localidades del interior. Tiene recursos que no llegamos ni a una décima parte de lo que ellos poseen. Es una localidad que ha sido bien administrativa por diferentes circunstancias, pero entendiendo que tiene un fondo en plazo fijo importante, cerca de 500 empleados municipales, con este aumento del 40% podría haberse estirado un poco más”, lanzó.

La crítica de González esconde la demanda por asuntos que la política todavía no resuelve o, mejor dicho, los intendentes, que hace mas de un año mantienen paralizada la discusión por la nueva Ley de Coparticipación.

El Gobierno cumplió cuando la envió a Diputados, los legisladores y legisladoras hicieron su parte en las mesas de debate, pero los intendentes no lograron nunca ponerse de acuerdo con la distribución secundaria.

Es decir, ya sabemos qué parte de la torta se queda la provincia, pero no cuál será el mecanismo mediante el cual los municipios dirán cuánto le corresponde a cada uno. ¿Será un criterio solidario o agradecido con los municipios que más recursos aportan? Nadie lo sabe.

Para el intendente de Deseado, “el resto de los municipios de la provincia no estamos al alcance” de un aumento como el de El Calafate porque “somos deficitarios, trabajamos para equilibrar nuestras cuentas”.

 

¿Propuesta? Ninguna

Más al norte provincial, Fernando Cotillo opinó parecido y le dijo a La Opinión Austral que a fines del año pasado cerraron la pauta 2020, que la mayoría de los municipios y la provincia llevaron al 30% en cuatro tramos: diciembre 20%, febrero 20%, marzo 5% y abril 5%. Es decir que en la ciudad de El Gorosito “todavía no terminamos de pagarla”.

Para Cotillo, “más allá de que los municipios sean soberanos y dentro de sus posibilidades vayan administrándose como ellos quieran, siempre fui de la idea de que los acuerdos salariales tendrían que ir de la mano y ser similares a lo que acuerde la provincia”.

Esto “para evitar inequidades y distorsiones” porque “no somos islas”, advirtió, marcando que la actitud de Belloni fue “apresurada” porque la provincia recién está comenzando su discusión salarial.

 

“Es su juego político”

Quien sin dudas salió con los tapones de punta fue el intendente de 28 de Noviembre, Fernando Españón, quien a duras penas pudo ofrecer a sus trabajadores un 14%, no sin asistencia del Gobierno de Alicia Kirchner.

“Opino exactamente lo mismo que Kaky. En la provincia no debe haber compañeros municipales de primera y de segunda, pero la verdad es que la villa turística no tiene nada que ver con el resto de las localidades”, explicó a La Opinión Austral.

Sucede que en El Calafate tienen otras posibilidades, las del turismo y la industria, que constituye la tercera fuente de ingresos para Santa Cruz.

“Yo los felicito, pero regenera un perjuicio y disconformidad en los municipios que no tenemos ni los atractivos ni los recursos económicos que tiene Calafate”, aseguró Españón, para quien lo de Belloni “es un juego político y lo viene haciendo hace rato, queriendo siempre poner como que todos somos de segunda, y para nada comparto eso”.

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