Érica Schupbach, sobrina de Vicente Maillo y querellante en la causa que investiga el asesinato del comerciante, rompió el silencio a cinco días de que se conozca la sentencia en el juicio donde están acusados Susana Reina, su esposa; sus hijastros, Luis y José Maximiliano, y el presunto sicario que viajó desde Buenos Aires, Christian Etchabarne.

 

Érica Schupbach, quien nunca habló con los medios locales, eligió uno nacional para comentar sobre los alegatos de la semana pasada y consideró que en el juicio las pruebas “son muy contundentes” en contra de todo el clan que planificó el asesinato de su tío.

 

Pero además de hablar sobre la investigación, Schupbach reveló algunos detalles de la relación familiar. “Tracé una línea de tiempo en donde se puede determinar fecha por fecha cómo se deterioró la relación con la familia. Nosotros éramos una familia en la que ellos formaban parte, teníamos un contacto fluido, pero veníamos notando esta cuestión de esta crítica a mi tío permanentemente”, en el último tiempo, reiteró lo dicho durante el juicio.

 

Ya no se callaban para criticar a Vicente: “Tu hermano nos está vigilando, controla lo que hacemos”, le decían a la mamá de Érica. En ese entonces faltó dinero en la casa.

Vicente guardaba plata en una caja de zapatos fondeada en el negocio, y dos meses antes del crimen esa caja había desaparecido. “Ahí mi tío empezó a levantar las antenas”, expresó Érica en declaraciones a TN.

“No es que mi tío fuera millonario, somos una familia de trabajo”, dijo Schupbach, y aseguró que Vicente quería imprimirles esa conducta a sus hijastros. “Pretendía lo mismo, parece que era mucho pedir”, dijo.

Sin embargo ellos le sacaban dinero, aseguró. “La Policía desgrabó los WhatsApp, se advertía cómo José, el mayor, mandaba a revisar las cámaras para que pudiera sacar plata”.

Tal como lo consignó La Opinión Austral sobre los audios que José Maximiliano le enviaba a Reina en los que decía: “Avisame si Mangeri está viendo, así saco plata”.

Sobre Luis, “se comprobó que le mandaban dinero para pagar los impuestos, 140 mil pesos, de los que no pagaba nada y se la gastaba”, aseguró Schupbach.

Les gustaba la buena vida, la vida de Maximiliano no coincidía con una vida de un empleado de comercio, tenía mesa de póker, consumía drogas, no estoy inventando nada”, aseveró la letrada que vela por los derechos de Petra y Gloria, las hermanas del comerciante.

 

Respecto de Susana Reina, la esposa, quien se incriminó como única culpable, Érica Schupbach dijo que tras el crimen se introdujo en el debate público de que “Vicente la había sacado de la noche, y a nosotros no nos importaba de dónde la sacó”.

 

Según relató, Vicente se juntó con Reina después de la muerte de la abuela de Érica, que vivía con el comerciante. “Estuvo bien, como dijo mi mamá, él quería formar una familia, tenía dos hijos a quienes les dio el apellido, los incorporamos, hicimos viajes juntos”.

 

Sin embargo con el tiempo y las necesidades económicas de los hijastros la relación cambió y terminó con la muerte del comerciante.

Tras conocerse las declaraciones de Schupbach, Carlos Telleldín, abogado defensor, indicó: “Los jueces tienen que resolver sobre pruebas, y pruebas contra José Maximiliano no hay”, aseguró en declaraciones a La Opinión Austral.
Este jueves, finalmente se conocerá la sentencia.

 

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