El fútbol de los barrios cobra cada temporada mayor jerarquía, no sólo por la cantidad de equipos que se anotan para participar, sino por la seriedad con la que realizan trabajos de pretemporada.

 

Julio Ricardo nació un 24 de agosto de 1983 en Río Gallegos. Su padre y dirigente es Néstor Monzón, su mamá, Miriam Jaque. Tiene hermanos con los que empezó en la escuela Campus que dirigía Miguel Rufini, cuando el picadito en la esquina o en el playón se hacía chico.

 

Junto a Zoe, su pequeña hija.

Vistió muchas camisetas, la actitud dentro de la cancha lo destaca y tal vez no se da cuenta, pero su forma de jugar atrae las miradas. Cuando sale de la cancha, gane o pierda, no se le nota en el rostro. Serio, pensativo y sudado porque no se guarda nada. En fútbol de salón, en cambio, le gusta ir al arco.

 

Tengo una hija de 6 años, la amo, es todo en mi vida

 

“Atajaba de chiquito. No me acuerdo del primer partido”, comentó a La Opinión Austral. Después de la escuelita fue a jugar al equipo de Argentina 78 “con el Tío Perkins, donde jugué 2 mundialitos como arquero”. Hace 10 años que juega en cancha grande y si tiene que elegir un deporte, prefiere el fútbol, pero le gusta practicar otros.

Los profes

Sobre los técnicos que lo dirigieron, sostuvo: “De uno de los que aprendí mucho fue del gran Flecha Vera, que lo tuve en las inferiores de Independiente, y el otro fue mi viejo. Llegué a Primera a los 17 años, a los barrios, y me quedé hasta el día de hoy”.

 

Los técnicos saben de su entrega y compromiso.

Sobre oportunidades de jugar en equipos federados, comentó: “Tuve chance de jugar en la Liga Sur, pero me gustaban más los barrios, era pasión y familia. Se vive distinto todos los fines de semana”.

Al barrio

Jugó para Juventud Real, Matadero, UPP, San Vicente, Juventud Petrolera, Junín, Car Mar y El Ciclón. En fútbol de salón ataja: “Me siento más cómodo atajando. Son varios los torneos que me gustó jugar con mi hermano, como en El Ciclón donde salimos campeones en la B y el otro con UPP, que igual jugué con uno de mis hermanos. También salimos campeones en juego de salón”.

 

De uno de los que aprendí mucho fue del gran Flecha Vera

 

Una de las grandes satisfacciones fue: “Creo que salir campeón con la selección de Río Gallegos en Caleta Olivia. Es lo más importante que le queda a uno como persona, la gente no se olvida más de uno”. Sobre la AIFB, reconoce: “Cada vez está más competitiva. Se ve buen fútbol. Cada año se arman bien los equipos y lo que le haría falta es mantener mejor las canchas de tierra, así se ve buen fútbol también”. Otra cuestión que le parece debería ser considerada es empezar antes los torneos. En cuanto a lo que significa el fútbol en su vida, señaló: “Creo que mucho, de los 17 años que juego y lo disfruto mucho. Este año nos tocó jugar los 8vos para Senior y perdimos, pero hay que esperar que pase esto y que se vuelva a jugar. Seguro iré a mirar los partidos y a disfrutar”.

 

Con el ‘Tío’ Perkins jugó un mundialito.

No todo es fútbol en su vida y, al igual que la mayoría de los futbolistas, cumple con sus responsabilidades laborales: “Trabajo en un local de materiales de construcción”. Además de amigos y familiares, tiene un apoyo extra: “Tengo una hija de 6 años, la amo, es todo en mi vida”.

 

Para finalizar y, ante la consulta de con quiénes se siente agradecido, no dudó en reconocer: “Mis viejos y mis hermanos porque me enseñaron lo que es la vida. Me apoyan en cada momento”.

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