“Acá estoy, esperando a que llegue el turno de la vacuna para los mayores de 60”, dijo con mucho entusiasmo Isolda Benítez, la primera paciente diagnosticada con Covid de nuestra ciudad, cuando la llamó La Opinión Austral.

Su voz sonaba alegre y sin secuelas aparentes del paso del coronavirus en su organismo. Ella estuvo 13 días en terapia intensiva, fue la primera en utilizar respirador artificial por esta enfermedad y, gracias al tratamiento, tuvo una excelente recuperación.

La vacuna es un hecho, todas las vacunas son un hecho. Hay que vacunarse

El 2 de abril, Isolda se despidió de su familia sin saber qué futuro le esperaba dentro del Hospital Regional de Río Gallegos. Por suerte, el 26 de ese mismo mes salió de allí para reencontrarse con su hogar y su gente.

“Fue un año difícil, si bien para mí con mi salud no, aunque gracias a Dios he salido muy bien, no me quedaron secuelas como les pasó a otros muchos”, relató Benítez. Además comentó que al pasar un año de su experiencia, se está haciendo chequeos y todos dieron excelentes resultados.

Al mismo tiempo, más allá de estar agradecida por eso, también está muy triste porque este virus hizo que perdiera gente conocida y amigos.

Por el momento, aunque mantiene la esperanza de que la vacuna ayude a aplacar esta situación, también mantiene cierto temor por la evolución del virus.

“Pareciera que esto no fuera a acabar nunca, porque van apareciendo cepas nuevas que te dan mucho miedo”, reflexionó la administradora de Las Horquetas. “Si bien esperamos que con la vacuna estemos protegidos, también te da miedo que la vacuna no resulte para esa cepa”, se explayó.

Isolda permaneció 13 días en la unidad de Terapia Intensiva del hospital

Ese temor que menciona la mujer resulta pequeño comparado con las ganas que tiene de que esto pase. “A los que tienen miedo de la vacuna, les diría que no lo tengan”, animó Isolda.

La primera contagiada de nuestra ciudad afirmó que “la vacuna es un hecho, todas las vacunas son un hecho y esta es una más”. “Hay que vacunarse”, dijo Benítez. “Así como tenemos la de la gripe, la neumonía, todas las vacunas son bienvenidas. Gracias a Dios, podemos tenerlas”, concluyó.

 

Después del Covid

“Estoy bien y tranquila”, afirmó Isolda. Después de su experiencia, cambió muchas cosas y a partir de ahí: “Me he dedicado enteramente a la cocina acá en la hostería y a estar en el campo, que es donde prefiero estar, a la ciudad voy poco”, sentenció la mujer que vive en las afueras de Gallegos. “Estoy completamente feliz así”, agregó.

Benítez cursó una recuperación sin secuelas y sus chequeos están perfectos.

Además, dentro de la hostería comenzaron a tomar más conciencia del virus y ahora cumplen a rajatabla sus protocolos. “Entra menos gente, hay distancia, se les controla la temperatura”, informó la encargada. Además, dijo que la misma situación es replicada para la gente que va al camping.

A eso Benítez agregó: “A partir de mi paso por la enfermedad, me empecé a cuidar muchísimo más. Uso el barbijo constantemente, desinfecto todo continuamente”.

“No hay que relajarse, porque donde te relajás…”, sumó Isolda.

 

¿Y la flexibilización?

Para la mujer de la hostería, está perfecto que se empiecen a disminuir las restricciones. “Creo que tenemos que aprender a convivir con el virus”, denunció. “Eso sí”, recordó Isolda, “hay que tomar todos los recaudos, que por ahí eso es lo que a la gente le cuesta más”.

La administradora reflexionó que “no podemos vivir una vida totalmente encerrados y, además, los chicos tienen que acudir a la escuela”. “Hay que aprender a vivir con protocolos”, concluyó.

En cuanto a la vida familiar, Isolda relató que ellos como familia estaban habituados a ser “muy pegotes”, la pandemia redujo la cantidad de encuentros y ya no pudieron verse tanto.

“Ahora, a partir de la flexibilización, nos juntamos, pero tratamos de no ser más de 10 y estar al aire libre”, compartió Benítez. Y agregó: “Si estamos adentro, tratamos de estar con los barbijos, usar alcohol. Tratamos de tomar todas esas precauciones que antes no teníamos en cuenta”. Según Isolda, ahora “es todo muy diferente, pero lo importante es poder estar con vida, poder estar contándolo”.

“Es lo que nos toca vivir”, contó la mujer que hizo reflexionar a toda la ciudad a partir de su ingreso al hospital el 2 de abril de 2020.

“Por suerte, el 20 lo pudimos cerrar con vida y arrancar el 21 con mejores proyectos”, celebró.

“Para este año espero que podamos contar con trabajo y seguir desarrollándonos como veníamos haciéndolo”, dijo Isolda para finalizar y recordó: “Siempre tomando las precauciones que corresponda”.

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