Un tranquilo paseo en la costanera de Río Gallegos terminó en un gran operativo de la Policía, Bomberos y vecinos de la zona, cuando un joven terminó enterrado en el barro hasta la altura de la rodilla.
El caso tiene como protagonista a Joaquín Castillo, un chico de 16 años de nuestra ciudad que desde los cuatro años anda en cuatriciclos. Incluso llegó a manejarlos antes que aprender a andar en bicicleta. Entre las cinco de la tarde del domingo y hasta entrada la noche, estuvo enterrado en el barro.
Él y un grupo de amigos, denominado “Los Catorce”, habían decidido aprovechar la tarde para ir hasta la virgen de Güer Aike. Cerca de las cinco tuvieron un escollo: a una de sus amigas su cuatri se le clavó “de punta” en el barro.
“Joaco”, como le dicen sus amigos, dialogó con La Opinión Austral e hizo un relato preciso de cómo comenzó todo, los momentos en los que estuvo atrapado y cómo se sintió una vez que lo rescataron.
“Quise ayudar a una chica y me hundí. Cuando quisimos sacar el cuatri, pusimos un colchón de matas para que se asentara. En un momento fui hasta ahí y empecé a hundirme. Al principio parecía una joda, nos reímos y todo, pero después fue en serio”, comenzó diciendo el joven.
Junto a él y la chica estaban sus amigos César, Robertinho y Hugo. “Cuando me empecé a hundir más, nos preocupamos, encima no teníamos señal. Hasta que nos pudimos comunicar con mi viejo, con la Policía y a partir de ahí, con todos. Les quiero agradecer a la gente de Enduro ATV, Enduro Motos y Cuatris y Venta de Motos RGL Rescate que vinieron a dar una mano”, dijo Joaquín.
Les quiero agradecer a todos los que fueron a dar una mano
“El barro estaba duro, como hormigón, entonces no se podían usar palas y cavaban con las manos. Yo llegué a tener el barro a la altura de la cintura, hasta que pude sacar una pierna”, aseguró el joven sobre las circunstancias y cómo fue su lento rescate del duro material.
Además de la Policía y Bomberos, cerca de 50 vecinos se acercaron a dar una mano
“Vino un montón de gente, casi cincuenta. Algunos de mis amigos hicieron una fogata y me prestaron una campera por el frío”, dijo “Joaco” por la ayuda de la comunidad en el procedimiento, en el que también trabajó el personal de Bomberos y de la Policía.
Finalmente, cerca de las 11 de la noche la situación fue resuelta. Un vecino logró cavar al costado de la pierna que faltaba, “pero hacía sopapa, aunque con un poco de fuerza me pudieron sacar. Les quiero agradecer a todos los que dieron una mano”, concluyó Joaquín.
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