Una gran cantidad de drogas fue sacada de circulación tras unos allanamientos que el personal de Gendarmería Nacional Argentina realizó en domicilios del sur de la provincia de Santa Cruz, por orden de la Justicia Federal.

Los procedimientos se hicieron en las localidades santacruceñas de Río GallegosEl Calafate y Piedra Buena donde los agentes incautaron, desde marihuana, cocaína y hasta pastillas ansiolíticas y, por el caso, cuatro personas fueron demoradas y puestas a disposición del magistrado interviniente.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes consultadas, se pudo establecer que todo comenzó de manera casi fortuita, cuando el personal de Escuadrón Núcleo “Santa Cruz“, dependiente de la Agrupación XVI de Gendarmería, realizaba controles preventivos en inmediaciones de Güer Aike hace unos días.

Según pudo saber este diario, en un momento dado llegó al control un Volkswagen Gol Trend en el que viajaban dos hombres mayores de edad. Los mismos habían salido de Río Gallegos y tenían como destino final la localidad de Piedra Buena.

Cuando los gendarmes requisaron el vehículo encontraron cerca de ochenta gramos de cocaína y comenzó la sospecha que, posiblemente, se podrían dedicar a la venta y distribución de drogas en la zona sur de la provincia. En el caso intervino el Juzgado Federal de Primera Instancia a cargo de Claudio Vázquez quien dispuso una serie de medidas: desde el secuestro de la sustancia como unos allanamientos con el fin de establecer si, efectivamente, venderían estupefacientes.

Los procedimientos estuvieron a cargo del personal de la fuerza que había encontrado la droga y se realizaron en domicilios de las ciudades de Río Gallegos, Piedra Buena y El Calafate. Los mismos arrojaron resultados positivos.

Según pudo saber este diario, los gendarmes secuestraron un total de veinte plantas de marihuana divididos en tres invernaderos. Tras el deshoje de las plantas, se determinó que tenían un pesaje total de tres kilos y medio.

Asimismo, durante los procedimientos, los agentes incautaron más de un millón de pesos que serían fruto de las transacciones ilegales, los elementos que componían los invernaderos, más de ochenta pastillas que serían de ansiolíticos y hasta equipos de comunicación policial.

Entre todo lo secuestrado, los gendarmes también confiscaron balanzas de precisión que serían usadas para pesar las sustancias antes de venderlas

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