Todos los 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Obesidad, una fecha destinada a concientizar y prevenir sobre la problemática que se extienden en todo el mundo y que tienen efectos adversos en la salud. Sin embargo, este 2022, activistas de todo el mundo presentaron un manifiesto para resignificarlo en el “Día Mundial contra la Gordofobia“. La iniciativa cuenta con el aval del INADI.
Según la Organización Mundial de la Salud en el mundo hay más de 1900 millones de personas con exceso de peso, de los cuales 650 millones tiene obesidad. Además, se estima que unos 30 millones de personas mueren cada año a nivel mundial, por malnutrición en exceso, mientras que 3,5 millones lo hacen por desnutrición.
En tanto que en Argentina, seis de cada diez adultos tienen exceso de peso y más de la mitad tiene obesidad. Esta patología tiene asociadas otras enfermedades complejas como la diabetes tipo II, hipertensión, enfermedades vasculares y coronarias, hígado graso, entre otras.
En un comienzo el “Día de la Obesidad” fue instaurado para concientizar sobre hábitos de consumo y abrir debate a políticas que luchen contra este flagelo. Sin embargo, este 2022 activistas de todo el mundo presentaron un manifiesto en el que resaltan la importancia de resignificar la fecha y convertirla en el “Día Mundial contra la Gordofobia”.
La discriminación a las personas gordas, atravesada por el género y el racismo estructural, es una de las principales causas de discriminación en nuestro país. Y, como señala el “Manifiesto Colectivo del Día Mundial Contra la Gordofobia”, si realmente se busca garantizar el acceso al derecho a la salud integral para todas las personas, lo que se debe hacer es combatir la discriminación hacia la diversidad corporal y la gordofobia.
Una de las principales diferencia radica en las concepciones estigmatizadoras que se tienen alrededor de la gordura. Mientras que en los medios se habla de la obesidad como una enfermedad crónica, quienes firman la propuesta, remarcan que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no considera la obesidad una enfermedad, sino un posible factor de riesgo para algunas enfermedades. “Sabemos que todas las personas pueden mejorar su estado de salud sin necesidad de perder peso. Perder peso no garantiza salud, en ocasiones es todo lo contrario; y hasta conlleva serios efectos secundarios”, asegura una de las publicaciones compartidas por varias activistas.
El documento firmado por 200 activistas comienza diciendo: “Hoy, día 4 de marzo de 2022, personas gordas, activistas antigordofobia de la neutralidad corporal, y aliades de diferentes países, nos hemos unido para reivindicar el Día Mundial Contra la Gordofobia, resignificando el “Día Mundial Contra la Obesidad”, que tiene fecha el 4 de marzo, y que ha patologizado nuestros cuerpos, apariencias y tallas”. Y agregan: “Aunamos fuerzas para luchar y reivindicar nuestra autonomía corporal, liberación corporal, individual y colectiva. Estamos aquí mostrando resistencia ante un sistema que busca que desaparezcamos, y celebrando nuestros cuerpos gordos dignos de respeto”.
En el mismo de define a la gordofobia como “un sistema de opresión, que pone a las personas gordas en una situación de desventaja, injusticia y exclusión, y que se reproduce de forma sistemática y estructural”. Refiere que, en gran parte, responde a una serie de códigos morales, así como al esquema ideológico del neoliberalismo.
“En nuestras sociedades se viene arrastrando la idea de que comer por placer está mal y que la consecuencia directa de esa anomalía siempre es la gordura (como pasa con la sexualidad no normativa). Del mismo modo, el neoliberalismo dictamina que “si quieres, puedes” y que cada persona es el resultado única y exclusivamente de sus elecciones, obviando el contexto y otros factores”.
Agus Cabaleiro, influencer y una de las principales activistas activista del body positive y del “amor propio”, en Argentina, sostiene en su cuenta de Instagram @onlinemami_ que este es un modo de “mostrar resistencia ante un sistema que busca que desaparezcamos”. Por el contrario, es un momento de “celebración de nuestros cuerpos gordos dignos de respeto”.
En la misma publicación, menciona los puntos claves de este nuevo paradigma.
“Reivindicamos que:
- Las personas gordas no le debemos salud a nadie.
- La obesidad no es una enfermedad, muy al contrario de lo que nos repiten día tras día por diferentes medios de comunicación.
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) no considera la obesidad una enfermedad, sino un posible factor de riesgo para algunas enfermedades.
- Sabemos que todas las personas pueden mejorar su estado de salud sin necesidad de perder peso. -Perder peso no garantiza salud, en ocasiones es todo lo contrario; y hasta conlleva
- serios efectos secundarios.
- Hay muchos factores que determinan la salud, la mayoría no dependen de nosotres, y estos no se pueden medir con parámetros simplistas, ni mucho menos una báscula. La salud no
- la define el tamaño o el peso de un cuerpo.
- Hay personas gordas que gozan de salud y también pueden enfermar, como personas delgadas que gozan de salud y también pueden enfermar. La salud no es estática ni estética,
- aunque así lo diga el IMC.
- La gordura es parte de la diversidad humana. No es un fallo moral, un problema de salud, ni una decisión personal.
- La estética no implica que la salud sea estática.
- Las personas gordas son merecedoras de recibir atención e intención de tratamiento médico, y son muchas personas gordas las que dejan de pedir ayuda porque no se creen
- merecedoras de recibirlas o porque ya han recibido bastantes mensajes de que su peso/cuerpo es la razón causante de todo malestar”.
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