Nélida González, la madre de Jesica, habló con La Opinión Austral al cumplirse un mes de la pérdida de su hija. “La mochila que llevo cada día pesa más”, dijo con muchísimo dolor. “Se cumple un mes y no lo puedo creer”, agregó, y contó emocionada que “cada mañana me levanto y me siento en la cocina, donde desde el ventanal la veía llegar cuando me pasaba a visitar y tomar unos mates, y es como que la espero que pase”.

“La extraño un montón”, resumió. Jesica, con sus 31 años -cumplidos el 21 de enero- era la mayor de cuatro hermanos: Jonathan (29), Joaquín (23) e Ian Franco (19). Era la única mujer. La familia, poco antes del femicidio de ella, también sufrió el fallecimiento de su padre, Alejandro, el 29 de enero pasado. Fue un golpe tras otro para todos ellos.

Jesica Minaglia con sus hermanos Ian, Joaquín, de rayado, y Jonathan, con buzo naranja,

“Por el momento nos sostenemos uno al otro”, dijo Nely. Jesica era quien la acompañaba más con el menor de sus hijos, quien más extraña a su papá. “Nos ayudaba a mí y a él, tratando de sacarnos de la casa todo el tiempo”.

“Fue muy buena hija. Era mi compañera. Mi única hija mujer”, subrayó, resaltando que siempre estaba pendiente de ella, acompañándola a comprar ropa, a teñirse. A todo.

Recordó que Jesica nació prematura y que sus primeros dos meses de vida “estuvo mal, recién a las 72 horas estuvo fuera de peligro. La derivaron a Gualeguaychú y su padre pasó las primeras semanas durmiendo en el auto, en el estacionamiento del hospital”, mientras Nely estaba internada con ella.

 

Me la mataron porque había decidido ser feliz

 

“Siempre fue de cuidar su salud y muy aplicada. Decidió estudiar la docencia y siempre fue muy responsable. Amaba a sus alumnos”, remarcó, al rememorar que, cuando salían juntas al supermercado, “todos los niñitos se le colgaban a abrazarla y darle besos”.

“Era una persona bellísima por dentro y por fuera”, agregó al destacar -casi al borde de las lágrimas y emocionada- lo que sus compañeras de trabajo y amigas también recuerdan: “no tenía un día malo y estaba siempre sonriente”.

Espero sea perpetua

“Me la mataron porque había decidido ser feliz y así la vi el último día. Espléndida, era un ser de luz”, dijo Nely al asegurar que extraña todo de Jesica, el “no tenerla”.

 

“Me paso noches enteras pensando y preguntándome por qué le hizo esto. Veo a Francisco, su hijito de 2 años y 9 nueve meses, y no entiendo quién pudo haberle hecho tanto daño. El dejarlo huérfano, porque quedó sin mamá y sin papá”, sostuvo al deslizar que, de hacerse justicia, Pablo Núñez no saldrá nunca más de prisión.

 

“Es lo único que pido: justicia”, enfatizó, al sostener que está conforme por cómo se desenvolvió la Policía y la Justicia en la causa. “Mi hijo (Joaquín, policía en La Pampa) me dijo cuando vino que el trabajo era impecable”, recordó.

 

Me la paso preguntándome por qué lo hizo

 

También, sostuvo que si bien el procesamiento fue un paso grande, “todavía queda un largo camino hasta que lo condenen, y espero que sea perpetua”. “Habérmela matado así. A traición, porque no le dio tiempo a nada. Ella no se pudo defender….”, dijo al borde del quiebre.

Por último, agradeció el acompañamiento de toda la comunidad de Piedra Buena, y también el apoyo a nivel nacional de diversos artistas. “Estoy muy agradecida con todos los que acompañan con el pedido de justicia. Ahora estamos pidiendo que se lo lleven (a Núñez) de acá, lejos, que no lo dejen en Piedra Buena”.

Cerró su diálogo con La Opinión Austral pidiendo “una condena ejemplar en la provincia de Santa Cruz, para que no haya más Jesicas”.

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