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En la segunda parte de la jornada del martes, lo dicho por un testigo clave complicó aún más la situación de Jorge Vera. Se trató del compañero de trabajo y jefe que, en aquella fatídica madrugada, estaba como acompañante en la camioneta que terminó chocando contra el rodado de Rodrigo “Cokito” Oyarzo.
El hombre que es de apellido Navarro y que, por aquellos días, era el jefe a cargo de la Operativa 3 y, cerca de als cuatro de la tarde del martes se sentó frente al tribunal para comentar detalles tanto de las circunstancias previas al hecho que terminó con la vida del mecánico como también como era el trabajo operativo que realizaba Tránsito Municipal durante las noches.
Navarro, un hombre contextura robusta, se sentó frente a los jueces y comenzó a decir como había sido aquella madrugada del 5 de marzo pasado. Él aseguró que había surgido un evento en la costanera y había designado a Vera para que sea quien traslade a los agentes que salían del turno de la medianoche.
En el mismo sentido, aseveró que fue cerca de las tres y media de la noche cuando comenzaron a hacer una “recorrida general” por la calle Jujuy cuando recibieron la “Clave 4“, es decir, que un colega necesita el alcoholímetro. “Nosotros solo tenemos uno” indicó el hombre cuando fue consultado por la Fiscal de Cámara Verónica Zuvic.
“Muchas veces cuando una compañera nos pide el alcoholímetro, nosotros vamos rápido porque ya hemos tenido en el pasado situaciones en la que los contribuyentes se ponen agresivos o violentas con ellas” se excusó el hombre.
Desde Jujuy, el móvil 8 de Tránsito Municipal comenzó a transitar la avenida San Martín a gran velocidad. “Yo no sé a cuanto íbamos, pensé que las balizas estaban encendidas porque se escuchaba la sirena” indicó el inspector de Tránsito sobre como fue el periplo antes de que la Ranger chocara contra el Gacel de “Cokito”.
En otro tramo de su declaración, a Navarro le mostraron dos registros fílmicos que mostraban a las dos camionetas de la división que iban a gran velocidad. En los mismos se puede ver como la camioneta en la que él iba con Vera no le funcionaban las balizas.
Incluso se le mostró el cuaderno de anotaciones que estaba dentro del móvil, en el que se había dejado asentado que, el día anterior, Navarro había escrito y firmado que conocía que las balizas no funcionaban. Esto generó estupor entre los presentes en el juicio porque antes había asegurado no recordar si lo sabía o no. En ese sentido, hasta la fiscal le recordó que estaba declarando bajo juramento, es decir que hasta podría haber sido imputado por falso testimonio.
Navarro indicó que desde hace ocho años conocía a Vera. El imputado estuvo durante todo el testimonio de su ex compañero mirándolo fijamente. Aquí es cuando surgió un detalle inquietante. El agente indicó que la Ley indica que, en caso que un móvil oficial accione las balizas, se le indica a otros automovilistas que se aparten.
Consultado sobre esta situación, indicó que -en el pasado y en reiteradas oportunidades- había visto a Vera accionar las balizas y las sirenas y pasar semáforos en rojo si la situación “lo ameritaba“, aseveró ante la atónita mirada de los presentes. Incluso llegó a excusarse diciendo que habían cosas que “pasaban y no se informaban” debido a que la ciudad de Río Gallegos había crecido mucho y no contaban con personal para poder cubrir todo el ejido urbano.
El testimonio de Navarro tuvo algunas fisuras y lagunas. En muchas de las preguntas que le hicieron indicó que no se acordaba pero hubo algunas respuestas contundentes a raíz de preguntas que les realizaron los jueces y la fiscal, como por ejemplo que, al momento del hecho, “ibamos a más de 60 km/h y en todo el trayecto hasta el impacto nunca vi a Vera bajar la velocidad de la camioneta“
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