Your browser doesn’t support HTML5 audio

Los allanamientos realizados el pasado 26 de agosto en Río Gallegos, en el marco de un operativo internacional contra la tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil, dejaron en evidencia la magnitud de un delito que muchas veces permanece oculto. En diálogo con LU12 AM680, la defensora general del Tribunal Superior de Justicia, Romina Saúl, advirtió: “Este tipo de casos son más habituales de lo que un vecino puede llegar a pensar que ocurre en nuestra ciudad o en nuestra provincia. A veces se cree que estas cosas pasan en otro lado, pero la realidad es que están mucho más cerca de lo que imaginamos”.

La funcionaria judicial explicó que los procedimientos se originaron a partir de una investigación internacional iniciada en España y replicada en distintos puntos del mundo. “Organizaciones como Missing Children, en Estados Unidos, cuentan con sistemas de rastreo de pedofilia y enlazan la información con ministerios públicos en Argentina, que a su vez derivan los datos a provincias como Santa Cruz. Es una red muy aceitada que permite actuar rápidamente”, detalló.

La Defensora General del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Dra. Romina Saúl.

Saúl subrayó la complejidad de estas investigaciones: “Se trata de delitos vinculados al cibercrimen, que requieren de capacitaciones específicas. No es lo mismo investigar un robo común que entrar en un celular encriptado o en una red social con perfiles falsos. A veces los agresores se esconden detrás de cuentas de videojuegos, y eso hace que el riesgo para los chicos sea permanente”.

En cuanto al rol de la Justicia santacruceña, señaló que “los defensores de niños y niñas intervenimos como representantes complementarios de los menores, con la posibilidad de pedir pruebas o solicitar medidas a empresas como Meta o Google. Contamos con la colaboración de las compañías, pero también hay que estar formados técnicamente para interpretar la información que llega”.

La defensora insistió en que el peligro no siempre está en la calle: “Como padres, uno suele preocuparse cuando los hijos salen de noche, pero hoy el riesgo está dentro de las casas, entre cuatro paredes, con un celular. Allí los chicos y chicas están expuestos a agresores que se valen de juegos en línea o redes sociales para captar a sus víctimas. Y muchas veces lo hacen con paciencia, ganándose la confianza durante meses”.

Lo secuestrado por la Policía en Río Gallegos, en 10 allanamientos realizados el pasado 26 de agosto.

Respecto de las sanciones, indicó que el Código Penal prevé penas de hasta cuatro años de prisión para la tenencia de material, y más graves para la producción y distribución. “Hay gente que consume este contenido y cree que no hace nada malo porque no tiene contacto físico con un menor. Pero el solo hecho de mirar o almacenar estas imágenes alimenta la producción y la victimización de chicos en cualquier parte del mundo. Cada clic, cada descarga, es un daño concreto a un niño”, sostuvo.

Saúl también enfatizó la necesidad de que la sociedad no mire hacia otro lado: “Muchas veces los propios entornos familiares o comunitarios detectan conductas sospechosas y no denuncian. La Justicia necesita que se dé aviso. No alcanza con comentar en el barrio o sospechar, hay que ir a la fiscalía, al juzgado o a la comisaría y ponerlo en conocimiento. Esa acción puede salvar a un chico”.

En ese sentido, recordó que cualquier familia que detecte riesgos debe denunciar y que la provincia cuenta con la Ley de Víctimas y el Centro de Asistencia para acompañar a los afectados. “No es fácil para una madre o un padre atravesar una situación así, pero hay equipos interdisciplinarios que acompañan desde el primer momento. La idea es que ninguna familia se sienta sola”, afirmó.

En el cierre de la entrevista, Saúl remarcó la importancia de la prevención: “Cada gesto, cada conversación con los hijos cuenta. La explotación sexual infantil es un delito gravísimo que destruye vidas, y la primera barrera de protección es la familia. Hablar de estos temas, advertir sobre los riesgos de internet y generar confianza para que los chicos puedan contar lo que les pasa es fundamental”.

Uno de los allanamientos por tenencia de material de abuso sexual infantil, en Río Gallegos.

Finalmente, dejó una reflexión sobre el impacto de estos operativos: “Lo que pasó en Río Gallegos nos tiene que interpelar como comunidad. Que haya allanamientos en nuestra ciudad significa que no estamos ajenos a esta problemática. La prevención empieza en casa, pero la responsabilidad es de todos

Leé más notas de La Opinión Austral